Considerando que las úlceras de pie diabético son
crónicas, es necesario hacer la distinción entre colonización e
infección: la colonización es la multiplicación de microorganismos sin
provocar una reacción en el huésped; la infección es la respuesta
inflamatoria del huésped al daño provocado por la multiplicación de los
microorganismos. Las úlceras de pie diabético infectado en general
presentan exudado de mal olor, induración del tejido, eritema alrededor
de la úlcera, calor local y edema. El dolor, la fiebre y el aumento de
los glóbulos blancos se asocian con infección y no con colonización. Las
infecciones del pie constituyen la infección de partes blandas más
frecuente en el diabético y pueden llevar a osteomielitis, amputación o a
la muerte. El espectro de infecciones va desde la celulitis localizada a
infecciones profundas con fasceítis necrotizante y/u osteomielitis. La
presencia de inflamación local, supuración o crepitación indica
infección, pero su ausencia no la descarta y puede observarse
osteomielitis bajo una úlcera no inflamatoria. Por otra parte, la existencia de signos inflamatorios en un pie no ulcerado puede corresponder a una artropatía de Charcot. Síntomas sistémicos como fiebre o calofríos, al igual que leucocitosis, sólo se presentan en un tercio de los casos de infección. La hiperglicemia en cambio es común.
La neuropatía predispone a la infección al permitir
puertas de entrada como úlceras plantares. En ausencia de ulceras, el
60% de las infecciones comienza en los espacios interdigitales, seguido
de la región periungueal en 30% y el restante 10% en otras zonas.
Curación Avanzada de las Ulceras del Pie Diabético.osteomielitis bajo una úlcera no inflamatoria. Por otra parte, la existencia de signos inflamatorios en un pie no ulcerado puede corresponder a una artropatía de Charcot. Síntomas sistémicos como fiebre o calofríos, al igual que leucocitosis, sólo se presentan en un tercio de los casos de infección. La hiperglicemia en cambio es común.
La hipoxia secundaria a la insuficiencia vascular es otro factor importante que favorece la aparición de infección; los trastornos metabólicos de la diabetes favorecen la hipoxia tisular. La respuesta inmune inespecífica está disminuida en estos pacientes, observándose menor actividad leucocitaria. Neuropatía, hipoxia y deficiencias
inespecíficas del sistema inmune, probablemente en ese orden de importancia, se combinan para favorecer la aparición y rápida progresión de la infección del pie. En las infecciones de pie diabético, los agentes
participantes varían según se trate de una infección superficial o profunda. Las infecciones superficiales agudas adquiridas en la comunidad y sin tratamiento antibacteriano previo son generalmente provocadas por
estafilococos aureus o estreptococos spp y no siempre requieren uso de antimicrobianos. Las infecciones profundas y/o crónicas son polimicrobianas en más del 50% de los casos, con participación de dos o 3 agentes
como promedio. En ellas debe intentarse siempre un diagnóstico bacteriológico preciso a través de cultivos.
La cronicidad y la repetición de tratamientos antibióticos llevan a la selección de flora bacteriana aumentando el porcentaje de gramnegativos y gram positivos multirresistentes. Es fundamental tomar todas las medidas necesarias para abordar este problema, ya que un mal tratamiento y manejo puede llevar a la amputación y, muchas veces, a la muerte del paciente. El objetivo básico del manejo de las úlceras del pie diabético infectadas es remover todo el material extraño y eliminar el tejido esfacelado o necrótico. Ante signos clínicos de infección en una úlcera cerrada, es necesario destecharla para drenar el material purulento y efectuar una valoración de los tejidos afectados. Es importante recordar que la diferencia entre un Wagner II y III es sutil, por lo cual, si existe duda respecto al grado de compromiso sistémico y local que sugiera un mayor compromiso, es preferible dar antibioterapia de primera línea (cobertura gram positivo). Si la reacción local es intensa y existen signos sistémicos de infección, como es característico en las úlceras de pie diabético Grados III, IV y V, se aconseja la toma de cultivo aerobio y anaerobio posterior al aseo quirúrgico y el uso de antibióticos de primera y segunda línea (mayor cobertura gram positivo y negativo)14. En el manejo avanzado de las úlceras de pie diabético se recomienda efectuar una curación diaria y evaluar cada 24 horas las condiciones generales y locales del paciente. Realizar un lavado amplio y efectivo y utilizar como cobertura un apósito interactivo, bioactivo o mixto, dependiendo de la cantidad y calidad del exudado y de las características del tejido (granulatorio, esfacelado o
necrótic
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