La diabetes mellitus es la enfermedad en la que existe un exceso de glucosa (azúcar) en la sangre debido a un mal funcionamiento o una carencia de la hormona insulina que produce el páncreas.
Estos niveles elevados de glucosa en sangre (glucemia) pueden dañar muchos órganos del cuerpo como el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos y los riñones. También es común que se afecten los pies debido al efecto de la diabetes durante tiempo sobre los vasos sanguíneos y los nervios de las piernas y los pies. Ladiabetes mellitus es la primera causa de amputaciones traumáticas de las extremidades. Por eso es importante tomar plena conciencia del cuidado especial de los pies que debe llevar a cabo una persona que padece diabetes, es lo que se conoce como los cuidados del pie diabético.
El daño en los pies debido a la diabetes mellitus ocurre principalmente por dos motivos: el daño a los nervios y la mala circulación de la sangre.
- Neuropatía diabética: es posible que la persona no sienta dolor o diferencias de temperatura en los pies y eso favorezca que se prolonguen heridas o llagas que pasen desapercibidas por esa falta de sensibilidad ocasionada por el daño a los nervios.
- Alteraciones vasculares: la mala circulación de la sangre impide que llegue suficiente oxígeno y nutrientes a los tejidos de las piernas y los pies.
Recomendaciones generales para la persona con diabetes mellitus:
- Tomar la medicación prescrita por el medico.
- Controlar los niveles de azúcar en sangre de forma regular según las indicaciones médicas.
- Seguir el plan de comidas saludables acordado con el médico y el dietista.
- Controlar regularmente la presión arterial y los niveles de colesterol en sangre.
- Realizar actividad física moderada al menos durante 30 minutos casi todos los días, por ejemplo caminar con un calzado adecuado.
- Evitar el tabaco.
Recomendaciones para el cuidado de los pies en la persona con diabetes mellitus:
- Lavarse los pies todos los días con agua tibia. Comprobar antes la temperatura del agua con una parte del cuerpo que no haya perdido sensibilidad, como la mano o el codo. No dejar los pies en remojo, y secar completamente la piel, especialmente entre los dedos.
- Revisarse cada día los pies observando si hay cortes, ampollas, llagas, zonas hinchadas o enrojecidas, o alteraciones en las uñas. A veces puede ayudar usar un espejo si no se alcanza a ver los pies por debajo.
- Mantener la piel en buen estado de hidratación, si está seca usar aceite o crema hidratante. Asegurarse que no se queda crema humedeciendo los huecos entre los dedos de los pies, porque quedaría la piel reblandecida y favorecería las infecciones.
- Limar suavemente las callosidades después del aseo.
- Cortarse las uñas de los pies de forma regular, evitando que queden puntas que puedan clavarse o hacer heridas.
- Solicitar ayuda si la persona no puede lavarse o revisarse los pies.
- Usar siempre zapatos adecuados y cómodos que no aprieten en exceso o produzcan rozaduras.
- Usar calcetines o medias de tejido transpirable (como el algodón) que no queden arrugados o aprieten alguna parte del talón o debajo de la rodilla.
- Evitar colocarse almohadillas eléctricas o botellas de agua caliente en los pies para calentarse del frío, ya que la menor sensibilidad de la zona podría no advertir de una quemadura en la piel.
- Evitar caminar descalzo.
En las visitas regulares de control por la diabetes mellitus con el médico y enfermera/o, es un momento oportuno para hacer una revisión periódica de los pies. El examinador valorará la sensibilidad de los pies ante diferentes estímulos como presión, vibración, temperatura, dolor, tacto en general. También observará si hay signos precoces de llagas, úlceras o bien heridas ya presentes que sean difíciles de durar o tengan riesgo de complicaciones.
Ante cualquier pequeña sospecha de una lesión en los pies de una persona diabética, se debe solicitar visita médica para diagnosticar y tratar a tiempo cualquier complicación del pie diabético.
Fuente: medicinatv.com
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