diabetes

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viernes, 29 de enero de 2016

Una consumición de vino al día puede ser beneficioso para el paciente con diabetes tipo 2



 
Una copa de vino tinto al día regula los niveles de azúcar en los diabéticos, según han mostrado científicos en una nueva investigación. Los beneficios del vino tinto son varios, este puede mantener saludables a los diabéticos, ya que regula el nivel de glucosa en el organismo.
Se han realizado muchas investigaciones en cuanto al vino tinto, ahora científicos han encontrado que diversos componentes del vino tinto ayudan a regular los niveles de azúcar, algo benéfico para los diabéticos. A pesar que otros organismos de la salud piensan que el vino puede ser poco saludable y un factor de aumento de peso en los pacientes.
he Royal Society of Chemistry journal Food and Function creen que el consumo moderado del vino tinto puede ser benéfico para los diabéticos, gracias a las propiedades de la uva, principalmente en su cáscara.Los investigadores comentan que lo más conveniente es moderarse en el consumo del vino, las mujeres deben de tomar un pequeño vaso de vino y ls hombres dos vasos pequeños. Lo más difícil sobre esta investigación es transmitir el mensaje de una vida saludable y un consumo moderado de vino, ya que en exceso puede provocar obesidad o diabetes.
La recomendación de tomar vino tinto es para los pacientes que padezcan diabetes tipo 2. En general un estilo de vida saludable, buena alimentación y ejercicio debe serlo más conveniente para que todos estemos bien de salud y sobre todo para no padecer esta terrible enfermedad.



Una consumición de vino al día puede ser beneficioso para el paciente con diabetes tipo 2

El tema del consumo moderado de alcohol es un tema controvertido. Se ha ido desde los efectos cardiosalubles del mismo hasta que cualquier ingesta de alcohol aumenta el riesgo oncológico. Los umbrales cardiovasculares también cada vez son más ajustados. La asociación entre el consumo de alcohol y la mortalidad cardiopatía isquémica  describe una curva en U, consumos modestos podrían ser beneficiosos, altos claramente perniciosos.
La relación entre el consumo de alcohol y la diabetes tipo 2 (DM2) lo tratamos el año pasado a en forma de un posthoc del clásico estudio Action in Diabetes and Vascular Disease: Preterax and Diamicron Modified-Release Controlled Evaluation (ADVANCE) y estudiando la posible relación entre el consumo de alcohol y las lesiones micro y macrovasculares. Y es que el alcohol no cabe duda que tiene alguna relación con la ateromatosis, la inflamación sistémica, la dislipemia, la insulinorresistencia y el síndrome metabólico. En este, que comentamos, se definió el consumo de alcohol,  en nulo, consumo importante (más de 21 consumiciones por semana en varones y 14 en mujeres), y consumo moderado (por debajo de dicha cantidad). Hubo que aplicar un modelo de regresión múltiple Cox ajustado por diferentes factores confusores que suelen acompañar al hábito alcohólico, sea el  hábito tabáquico, el sedentarismo, la mayor ingesta calórica,... En los pacientes con consumo moderado (frente al consumo nulo) hubo menos eventos cardiovasculares (ECV), hazard ratio ajustado (HR) 0,83 (IC 95% 0,72–0,95; p = 0,008), y menos complicaciones microvasculares  HR 0,85 (IC 95% 0,73–0,99; p = 0,03) y menor mortalidad por cualquier causa HR 0,87 (IC 96% 0,75–1,00; p = 0,05). 
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jueves, 14 de enero de 2016


Una consumición de vino al día puede ser beneficioso para el paciente con diabetes tipo 2

Una consumición de vino al día puede ser beneficioso para el paciente con diabetes tipo 2

El tema del consumo moderado de alcohol es un tema controvertido. Se ha ido desde los efectos cardiosalubles del mismo hasta que cualquier ingesta de alcohol aumenta el riesgo oncológico. Los umbrales cardiovasculares también cada vez son más ajustados. La asociación entre el consumo de alcohol y la mortalidad cardiopatía isquémica  describe una curva en U, consumos modestos podrían ser beneficiosos, altos claramente perniciosos.
La relación entre el consumo de alcohol y la diabetes tipo 2 (DM2) lo tratamos el año pasado a en forma de un posthoc del clásico estudio Action in Diabetes and Vascular Disease: Preterax and Diamicron Modified-Release Controlled Evaluation (ADVANCE) y estudiando la posible relación entre el consumo de alcohol y las lesiones micro y macrovasculares. Y es que el alcohol no cabe duda que tiene alguna relación con la ateromatosis, la inflamación sistémica, la dislipemia, la insulinorresistencia y el síndrome metabólico. En este, que comentamos, se definió el consumo de alcohol,  en nulo, consumo importante (más de 21 consumiciones por semana en varones y 14 en mujeres), y consumo moderado (por debajo de dicha cantidad). Hubo que aplicar un modelo de regresión múltiple Cox ajustado por diferentes factores confusores que suelen acompañar al hábito alcohólico, sea el  hábito tabáquico, el sedentarismo, la mayor ingesta calórica,... En los pacientes con consumo moderado (frente al consumo nulo) hubo menos eventos cardiovasculares (ECV), hazard ratio ajustado (HR) 0,83 (IC 95% 0,72–0,95; p = 0,008), y menos complicaciones microvasculares  HR 0,85 (IC 95% 0,73–0,99; p = 0,03) y menor mortalidad por cualquier causa HR 0,87 (IC 96% 0,75–1,00; p = 0,05). 

El estudio que traemos aquí evalúa los efectos cardio-metabólicos de la ingesta moderada de alcohol, y según las diferentes clases de vino, en personas con DM2. El estudio CASCADE [CArdiovaSCulAr Diabetes & Ethanol]  es un ensayo clínico aleatorizado de dos años de duración realizado en la universidad de Ben-Gurion en Israel sobre pacientes con DM2 bien controlados y abstemios.  Los pacientes fueron aleatorizados en noviembre del 2009 a ingerir o 150 ml de agua (83), vino blanco (68) o vino tinto (73) con la cena durante 2 años. Todos los pacientes siguieron una dieta mediterránea sin restricción calórica. Se determinaron como objetivos primarios los perfiles glucémicos y lipídicos. A su vez se hicieron evaluaciones genéticas (cuestionario) sobre la enzima alcohol deshidrogenasa (ADH), sobre la presión arterial (PA), biomarcadores hepáticos, utilización de medicación, sintomatología y calidad de vida. Se hizo un seguimiento del comportamiento de la arteriosclerosis y de la grasa mediante ecografía y RMN.
De los 224 pacientes (40-75 años, 69% varones, HbA1c 6.9%) que fueron aleatorizados al inicio del estudio, el 94% siguieron al año y el 87% a los dos años de iniciado el mismo. Con respecto al grupo del agua, el grupo de vino tinto incrementó significativamente las HDL-colesterol en un 2,0 mg/dl (IC 95% CI, 1,6 a 2,2 mg/dl, p inferior a 0,001) y la apoproteina A  en  0,03 g/L (IC 95% 0,01 a 0,06 g/l; p 0,05) y disminuyó el ratio colesterol total / HDL-c en 0,27 (95% IC −0,52 a −0,01; p  0,039). Ambos grupos frente al grupo del agua disminuyeron los niveles de glucosa, y ambos mejoraron los niveles de triglicéridos. 
Los metabolizadores lentos del etanol (o portadores de los alelos de la alcohol deshidrogensa - ADH1B*1) se beneficiaron significativamente de los efectos de ambas clases de vinos  en su control metabólico (glucosa basal, HbA1c, modelo homeostático para evaluar la resistencia a la insulina) con respecto a los metabolizadores rápidos (personas homocigotas a los alelos de ADH1B*1).
En los tres grupos no se observaron diferencias en la PA, la adiposidad, la función hepática, terapia farmacológica, sintomatología o calidad de vida, con la excepción de la mejoría en la calidad del sueño en ambos grupos de vinos en comparación con el grupo del agua (p  0,040).
En general, comparando los cambios con el grupo del agua, el grupo del vino tinto es el que reduce en general más los componentes relacionados con el síndrome metabólico en un  0,34 (IC 95%  −0,68 a −0,001; p  0,049).
Con la limitación de que los participantes a la hora de la aleatorización supieron a qué grupo se les asignaban, este estudio sugiere que una ingesta moderada de vino, preferentemente vino tinto, en los pacientes con DM2 bien controlados, dentro de una dieta mediterránea es aparentemente seguro y reduce levemente los elementos del síndrome cardiometabólico. 
Estas conclusiones, sobre resultados intermedios, irían en la línea del Blomster JI et al, ya comentado, sobre resultados finales. 

Gepner Y, Golan R, Harman-Boehm I, Henkin Y, Schwarzfuchs D, Shelef I, et al. Effects of Initiating Moderate Alcohol Intake on Cardiometabolic Risk in Adults With Type 2 Diabetes: A 2-Year Randomized, Controlled Trial. Ann Intern Med. 2015 Oct 20;163(8):569-79. doi: 10.7326/M14-1650. Epub 2015 Oct 13.

Blomster JI1, Zoungas S, Chalmers J, Li Q, Chow CK, Woodward M, Mancia G, Poulter N, Williams B, Harrap S, Neal B, Patel A, Hillis GS. The relationship between alcohol consumption and vascular complications and mortality in individuals with type 2 diabetes. Diabetes Care. 2014 May;37(5):1353-9. doi: 10.2337/dc13-2727. Epub 2014 Feb 27.




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jueves, 14 de enero de 2016


Una consumición de vino al día puede ser beneficioso para el paciente con diabetes tipo 2

Una consumición de vino al día puede ser beneficioso para el paciente con diabetes tipo 2

El tema del consumo moderado de alcohol es un tema controvertido. Se ha ido desde los efectos cardiosalubles del mismo hasta que cualquier ingesta de alcohol aumenta el riesgo oncológico. Los umbrales cardiovasculares también cada vez son más ajustados. La asociación entre el consumo de alcohol y la mortalidad cardiopatía isquémica  describe una curva en U, consumos modestos podrían ser beneficiosos, altos claramente perniciosos.
La relación entre el consumo de alcohol y la diabetes tipo 2 (DM2) lo tratamos el año pasado a en forma de un posthoc del clásico estudio Action in Diabetes and Vascular Disease: Preterax and Diamicron Modified-Release Controlled Evaluation (ADVANCE) y estudiando la posible relación entre el consumo de alcohol y las lesiones micro y macrovasculares. Y es que el alcohol no cabe duda que tiene alguna relación con la ateromatosis, la inflamación sistémica, la dislipemia, la insulinorresistencia y el síndrome metabólico. En este, que comentamos, se definió el consumo de alcohol,  en nulo, consumo importante (más de 21 consumiciones por semana en varones y 14 en mujeres), y consumo moderado (por debajo de dicha cantidad). Hubo que aplicar un modelo de regresión múltiple Cox ajustado por diferentes factores confusores que suelen acompañar al hábito alcohólico, sea el  hábito tabáquico, el sedentarismo, la mayor ingesta calórica,... En los pacientes con consumo moderado (frente al consumo nulo) hubo menos eventos cardiovasculares (ECV), hazard ratio ajustado (HR) 0,83 (IC 95% 0,72–0,95; p = 0,008), y menos complicaciones microvasculares  HR 0,85 (IC 95% 0,73–0,99; p = 0,03) y menor mortalidad por cualquier causa HR 0,87 (IC 96% 0,75–1,00; p = 0,05). 

El estudio que traemos aquí evalúa los efectos cardio-metabólicos de la ingesta moderada de alcohol, y según las diferentes clases de vino, en personas con DM2. El estudio CASCADE [CArdiovaSCulAr Diabetes & Ethanol]  es un ensayo clínico aleatorizado de dos años de duración realizado en la universidad de Ben-Gurion en Israel sobre pacientes con DM2 bien controlados y abstemios.  Los pacientes fueron aleatorizados en noviembre del 2009 a ingerir o 150 ml de agua (83), vino blanco (68) o vino tinto (73) con la cena durante 2 años. Todos los pacientes siguieron una dieta mediterránea sin restricción calórica. Se determinaron como objetivos primarios los perfiles glucémicos y lipídicos. A su vez se hicieron evaluaciones genéticas (cuestionario) sobre la enzima alcohol deshidrogenasa (ADH), sobre la presión arterial (PA), biomarcadores hepáticos, utilización de medicación, sintomatología y calidad de vida. Se hizo un seguimiento del comportamiento de la arteriosclerosis y de la grasa mediante ecografía y RMN.
De los 224 pacientes (40-75 años, 69% varones, HbA1c 6.9%) que fueron aleatorizados al inicio del estudio, el 94% siguieron al año y el 87% a los dos años de iniciado el mismo. Con respecto al grupo del agua, el grupo de vino tinto incrementó significativamente las HDL-colesterol en un 2,0 mg/dl (IC 95% CI, 1,6 a 2,2 mg/dl, p inferior a 0,001) y la apoproteina A  en  0,03 g/L (IC 95% 0,01 a 0,06 g/l; p 0,05) y disminuyó el ratio colesterol total / HDL-c en 0,27 (95% IC −0,52 a −0,01; p  0,039). Ambos grupos frente al grupo del agua disminuyeron los niveles de glucosa, y ambos mejoraron los niveles de triglicéridos. 
Los metabolizadores lentos del etanol (o portadores de los alelos de la alcohol deshidrogensa - ADH1B*1) se beneficiaron significativamente de los efectos de ambas clases de vinos  en su control metabólico (glucosa basal, HbA1c, modelo homeostático para evaluar la resistencia a la insulina) con respecto a los metabolizadores rápidos (personas homocigotas a los alelos de ADH1B*1).
En los tres grupos no se observaron diferencias en la PA, la adiposidad, la función hepática, terapia farmacológica, sintomatología o calidad de vida, con la excepción de la mejoría en la calidad del sueño en ambos grupos de vinos en comparación con el grupo del agua (p  0,040).
En general, comparando los cambios con el grupo del agua, el grupo del vino tinto es el que reduce en general más los componentes relacionados con el síndrome metabólico en un  0,34 (IC 95%  −0,68 a −0,001; p  0,049).
Con la limitación de que los participantes a la hora de la aleatorización supieron a qué grupo se les asignaban, este estudio sugiere que una ingesta moderada de vino, preferentemente vino tinto, en los pacientes con DM2 bien controlados, dentro de una dieta mediterránea es aparentemente seguro y reduce levemente los elementos del síndrome cardiometabólico. 
Estas conclusiones, sobre resultados intermedios, irían en la línea del Blomster JI et al, ya comentado, sobre resultados finales. 

Gepner Y, Golan R, Harman-Boehm I, Henkin Y, Schwarzfuchs D, Shelef I, et al. Effects of Initiating Moderate Alcohol Intake on Cardiometabolic Risk in Adults With Type 2 Diabetes: A 2-Year Randomized, Controlled Trial. Ann Intern Med. 2015 Oct 20;163(8):569-79. doi: 10.7326/M14-1650. Epub 2015 Oct 13.

Blomster JI1, Zoungas S, Chalmers J, Li Q, Chow CK, Woodward M, Mancia G, Poulter N, Williams B, Harrap S, Neal B, Patel A, Hillis GS. The relationship between alcohol consumption and vascular complications and mortality in individuals with type 2 diabetes. Diabetes Care. 2014 May;37(5):1353-9. doi: 10.2337/dc13-2727. Epub 2014 Feb 27.




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El tema del consumo moderado de alcohol es un tema controvertido. Se ha ido desde los efectos cardiosalubles del mismo hasta que cualquier ingesta de alcohol aumenta el riesgo oncológico. Los umbrales cardiovasculares también cada vez son más ajustados. La asociación entre el consumo de alcohol y la mortalidad cardiopatía isquémica  describe una curva en U, consumos modestos podrían ser beneficiosos, altos claramente perniciosos.
La relación entre el consumo de alcohol y la diabetes tipo 2 (DM2) lo tratamos el año pasado a en forma de un posthoc del clásico estudio Action in Diabetes and Vascular Disease: Preterax and Diamicron Modified-Release Controlled Evaluation (ADVANCE) y estudiando la posible relación entre el consumo de alcohol y las lesiones micro y macrovasculares. Y es que el alcohol no cabe duda que tiene alguna relación con la ateromatosis, la inflamación sistémica, la dislipemia, la insulinorresistencia y el síndrome metabólico. En este, que comentamos, se definió el consumo de alcohol,  en nulo, consumo importante (más de 21 consumiciones por semana en varones y 14 en mujeres), y consumo moderado (por debajo de dicha cantidad). Hubo que aplicar un modelo de regresión múltiple Cox ajustado por diferentes factores confusores que suelen acompañar al hábito alcohólico, sea el  hábito tabáquico, el sedentarismo, la mayor ingesta calórica,... En los pacientes con consumo moderado (frente al consumo nulo) hubo menos eventos cardiovasculares (ECV), hazard ratio ajustado (HR) 0,83 (IC 95% 0,72–0,95; p = 0,008), y menos complicaciones microvasculares  HR 0,85 (IC 95% 0,73–0,99; p = 0,03) y menor mortalidad por cualquier causa HR 0,87 (IC 96% 0,75–1,00; p = 0,05). 

El estudio que traemos aquí evalúa los efectos cardio-metabólicos de la ingesta moderada de alcohol, y según las diferentes clases de vino, en personas con DM2. El estudio CASCADE [CArdiovaSCulAr Diabetes & Ethanol]  es un ensayo clínico aleatorizado de dos años de duración realizado en la universidad de Ben-Gurion en Israel sobre pacientes con DM2 bien controlados y abstemios.  Los pacientes fueron aleatorizados en noviembre del 2009 a ingerir o 150 ml de agua (83), vino blanco (68) o vino tinto (73) con la cena durante 2 años. Todos los pacientes siguieron una dieta mediterránea sin restricción calórica. Se determinaron como objetivos primarios los perfiles glucémicos y lipídicos. A su vez se hicieron evaluaciones genéticas (cuestionario) sobre la enzima alcohol deshidrogenasa (ADH), sobre la presión arterial (PA), biomarcadores hepáticos, utilización de medicación, sintomatología y calidad de vida. Se hizo un seguimiento del comportamiento de la arteriosclerosis y de la grasa mediante ecografía y RMN.
De los 224 pacientes (40-75 años, 69% varones, HbA1c 6.9%) que fueron aleatorizados al inicio del estudio, el 94% siguieron al año y el 87% a los dos años de iniciado el mismo. Con respecto al grupo del agua, el grupo de vino tinto incrementó significativamente las HDL-colesterol en un 2,0 mg/dl (IC 95% CI, 1,6 a 2,2 mg/dl, p inferior a 0,001) y la apoproteina A  en  0,03 g/L (IC 95% 0,01 a 0,06 g/l; p 0,05) y disminuyó el ratio colesterol total / HDL-c en 0,27 (95% IC −0,52 a −0,01; p  0,039). Ambos grupos frente al grupo del agua disminuyeron los niveles de glucosa, y ambos mejoraron los niveles de triglicéridos. 
Los metabolizadores lentos del etanol (o portadores de los alelos de la alcohol deshidrogensa - ADH1B*1) se beneficiaron significativamente de los efectos de ambas clases de vinos  en su control metabólico (glucosa basal, HbA1c, modelo homeostático para evaluar la resistencia a la insulina) con respecto a los metabolizadores rápidos (personas homocigotas a los alelos de ADH1B*1).
En los tres grupos no se observaron diferencias en la PA, la adiposidad, la función hepática, terapia farmacológica, sintomatología o calidad de vida, con la excepción de la mejoría en la calidad del sueño en ambos grupos de vinos en comparación con el grupo del agua (p  0,040).
En general, comparando los cambios con el grupo del agua, el grupo del vino tinto es el que reduce en general más los componentes relacionados con el síndrome metabólico en un  0,34 (IC 95%  −0,68 a −0,001; p  0,049).
Con la limitación de que los participantes a la hora de la aleatorización supieron a qué grupo se les asignaban, este estudio sugiere que una ingesta moderada de vino, preferentemente vino tinto, en los pacientes con DM2 bien controlados, dentro de una dieta mediterránea es aparentemente seguro y reduce levemente los elementos del síndrome cardiometabólico. 
Estas conclusiones, sobre resultados intermedios, irían en la línea del Blomster JI et al, ya comentado, sobre resultados finales.  - See more at: http://redgedaps.blogspot.mx/2016/01/una-consumicion-de-vino-al-dia-puede.html#sthash.S3DERpl4.dpuf
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El tema del consumo moderado de alcohol es un tema controvertido. Se ha ido desde los efectos cardiosalubles del mismo hasta que cualquier ingesta de alcohol aumenta el riesgo oncológico. Los umbrales cardiovasculares también cada vez son más ajustados. La asociación entre el consumo de alcohol y la mortalidad cardiopatía isquémica  describe una curva en U, consumos modestos podrían ser beneficiosos, altos claramente perniciosos.
La relación entre el consumo de alcohol y la diabetes tipo 2 (DM2) lo tratamos el año pasado a en forma de un posthoc del clásico estudio Action in Diabetes and Vascular Disease: Preterax and Diamicron Modified-Release Controlled Evaluation (ADVANCE) y estudiando la posible relación entre el consumo de alcohol y las lesiones micro y macrovasculares. Y es que el alcohol no cabe duda que tiene alguna relación con la ateromatosis, la inflamación sistémica, la dislipemia, la insulinorresistencia y el síndrome metabólico. En este, que comentamos, se definió el consumo de alcohol,  en nulo, consumo importante (más de 21 consumiciones por semana en varones y 14 en mujeres), y consumo moderado (por debajo de dicha cantidad). Hubo que aplicar un modelo de regresión múltiple Cox ajustado por diferentes factores confusores que suelen acompañar al hábito alcohólico, sea el  hábito tabáquico, el sedentarismo, la mayor ingesta calórica,... En los pacientes con consumo moderado (frente al consumo nulo) hubo menos eventos cardiovasculares (ECV), hazard ratio ajustado (HR) 0,83 (IC 95% 0,72–0,95; p = 0,008), y menos complicaciones microvasculares  HR 0,85 (IC 95% 0,73–0,99; p = 0,03) y menor mortalidad por cualquier causa HR 0,87 (IC 96% 0,75–1,00; p = 0,05). 

El estudio que traemos aquí evalúa los efectos cardio-metabólicos de la ingesta moderada de alcohol, y según las diferentes clases de vino, en personas con DM2. El estudio CASCADE [CArdiovaSCulAr Diabetes & Ethanol]  es un ensayo clínico aleatorizado de dos años de duración realizado en la universidad de Ben-Gurion en Israel sobre pacientes con DM2 bien controlados y abstemios.  Los pacientes fueron aleatorizados en noviembre del 2009 a ingerir o 150 ml de agua (83), vino blanco (68) o vino tinto (73) con la cena durante 2 años. Todos los pacientes siguieron una dieta mediterránea sin restricción calórica. Se determinaron como objetivos primarios los perfiles glucémicos y lipídicos. A su vez se hicieron evaluaciones genéticas (cuestionario) sobre la enzima alcohol deshidrogenasa (ADH), sobre la presión arterial (PA), biomarcadores hepáticos, utilización de medicación, sintomatología y calidad de vida. Se hizo un seguimiento del comportamiento de la arteriosclerosis y de la grasa mediante ecografía y RMN.
De los 224 pacientes (40-75 años, 69% varones, HbA1c 6.9%) que fueron aleatorizados al inicio del estudio, el 94% siguieron al año y el 87% a los dos años de iniciado el mismo. Con respecto al grupo del agua, el grupo de vino tinto incrementó significativamente las HDL-colesterol en un 2,0 mg/dl (IC 95% CI, 1,6 a 2,2 mg/dl, p inferior a 0,001) y la apoproteina A  en  0,03 g/L (IC 95% 0,01 a 0,06 g/l; p 0,05) y disminuyó el ratio colesterol total / HDL-c en 0,27 (95% IC −0,52 a −0,01; p  0,039). Ambos grupos frente al grupo del agua disminuyeron los niveles de glucosa, y ambos mejoraron los niveles de triglicéridos. 
Los metabolizadores lentos del etanol (o portadores de los alelos de la alcohol deshidrogensa - ADH1B*1) se beneficiaron significativamente de los efectos de ambas clases de vinos  en su control metabólico (glucosa basal, HbA1c, modelo homeostático para evaluar la resistencia a la insulina) con respecto a los metabolizadores rápidos (personas homocigotas a los alelos de ADH1B*1).
En los tres grupos no se observaron diferencias en la PA, la adiposidad, la función hepática, terapia farmacológica, sintomatología o calidad de vida, con la excepción de la mejoría en la calidad del sueño en ambos grupos de vinos en comparación con el grupo del agua (p  0,040).
En general, comparando los cambios con el grupo del agua, el grupo del vino tinto es el que reduce en general más los componentes relacionados con el síndrome metabólico en un  0,34 (IC 95%  −0,68 a −0,001; p  0,049).
Con la limitación de que los participantes a la hora de la aleatorización supieron a qué grupo se les asignaban, este estudio sugiere que una ingesta moderada de vino, preferentemente vino tinto, en los pacientes con DM2 bien controlados, dentro de una dieta mediterránea es aparentemente seguro y reduce levemente los elementos del síndrome cardiometabólico. 
Estas conclusiones, sobre resultados intermedios, irían en la línea del Blomster JI et al, ya comentado, sobre resultados finales.  - See more at: http://redgedaps.blogspot.mx/2016/01/una-consumicion-de-vino-al-dia-puede.html#sthash.S3DERpl4.dpuf

miércoles, 27 de enero de 2016

Clasificación de Texas para Úlceras en Pie Diabético


 
El problema de pie diabético es una complicación de la diabetes mellitus, quienes lo padecen tienen un riesgo 30 veces mayor de sufrir una amputación. Es una complicación de la diabetes mellitus que se caracteriza por manifestaciones neuroisquémicas, infección o deformidad del pie. El inicio de la alteración clínica del pie diabético radica en el descontrol metabólico, la interacción de los mecanismos neuropáticos, microvasculares y macrovascular en la que se forma la placa de ateroma con la consecuente progresión y evolución de las complicaciones neurovasculares.

ÚLCERAS DIABÉTICAS
  • El componente principal en alrededor del 90 % de ulceraciones en el pie del diabético es la neuropatía periférica diabética.
  • Las úlceras más frecuentes son las neuropáticas, entre un 45 y un 60% del total, las neuroisquémicas entre un 25 y un 45% y las púramente isquémicas entre un 10 y un 15%. 
  • Es probable que la insuficiencia vascular sola represente menos del 10% de las úlceras del pie si bien participa en aproximadamente la mitad de todas las úlceras, la mayoría de las cuales son neuro isquémicas. La presión intrínseca debida a movilidad articular limitada, cabezas metatarsianas prominentes y alteración del almahadillado metatarsiano, conduce a la úlcera plantar neuropática clásica. La presión extrínseca causada por dedos en garra o juanetes en un calzado inadecuada, talones desprotegidos durante períodos de inmovilidad y zapatos apretados provocan úlceras dorsales del talón e interdigitales.
    La presión supera a la circulación microvascular local y causa necrosis isquémica y desintegración cutánea subsiguiente, conducentes a úlceras.
  • Según su etiopatogenia, las úlceras o lesiones del pie diabético las podemos clasificar en:

    Ulcera Neuropática

  • Definida como la existencia de ulceración en un punto de presión o deformación del pie, presenta tres localizaciones prevalentes: primer y quinto metatarsiano en sus zonas acras, y calcáneo en su extremo posterior.
  • Son ulceraciones de forma redondeada, callosidad periulcerosa e indoloras.
  • Existe una alteración de la sensibilidad.
  • La perfusión arterial es correcta, con los pulsos periféricos conservados
Ulcera Neuro-Isquémica

  • Necrosis inicialmente seca y habitualmente de localización latero-digital, que suele progresar de forma rápida a húmeda y supurativa si existe infección sobreañadida .
  • Generalmente los pulsos tibiales están abolidos y existe una neuropatía previa asociada. 
  • Dolorosas aunque depende del grado de neuropatia coexistente.
  • Localización mas habitual en el primer dedo, superficie lateral de la cabeza del quinto metatarsiano y talón. 
  • Pie Diabético Infectado

    Clínicamente es posible distinguir tres formas, que pueden cursar de forma sucesiva, pero también simultánea: celulitis superficial, infección necrotizante y osteomielitis.
  • Celulitis Superficial: en un porcentaje superior al 90%-95% está causada por un único germen patógeno gram positivo, que generalmente es el estafilococo aureus o el estreptococo. Puede cursar de forma autolimitida, o progresar a formas más extensas en función de la prevalencia de los factores predisponentes.
  • Infección necrotizante: afecta a tejidos blandos, y es polimicrobiana. Cuando se forman abcesos, el proceso puede extenderse a los compartimentos plantares.
  • Osteomielitis: su localización más frecuente es en los 1, 2 y 5 dedo, y puede cursar de forma sintomática, pero no es infrecuente que falten los síntomas y signos inflamatorios, siendo a menudo difícil de establecer su diagnóstico diferencial con la artropatía no séptica. En este sentido, la exteriorización ósea en la base de una ulceración tiene un valor predictivo del 90%.    

  • Sistema de Clasificación de la Universidad de Texas para Úlceras en Pie Diabético

    Junto con la clasificación de Wagner-Meggitt la conocida como clasificación de Texas o simplemente "Escala Texas" es la más popular de las clasificaciones de lesiones de pie diabético. Desarrollada en la University of Texas Health Science Center de San Antonio fue la primera clasificación de tipo bidimensional. Diseñada por Lavery y Armstrong en 1996 y posteriormente validada en 1998, es un sistema de clasificación donde las lesiones son estadiadas en base a dos criterios principales: profundidad y existencia de infección/isquemia. De esta forma el eje longitudinal de la matriz se ocupa del parámetro profundidad, otorgándole cuatro grados (desde el grado 0 al grado 3) y el eje vertical se ocupa del parámetro infección/isquemia, clasificando este parámetro mediante la asignación de cuatro letras (A-no presencia de infección o isquemia, B-presencia de infección, C-presencia de isquemia, D-presencia de infección e isquemia) .

    Clasificación de Texas para Úlceras en Pie Diabético



    El problema de pie diabético es una complicación de la diabetes mellitus, quienes lo padecen tienen un riesgo 30 veces mayor de sufrir una amputación. Es una complicación de la diabetes mellitus que se caracteriza por manifestaciones neuroisquémicas, infección o deformidad del pie. El inicio de la alteración clínica del pie diabético radica en el descontrol metabólico, la interacción de los mecanismos neuropáticos, microvasculares y macrovascular en la que se forma la placa de ateroma con la consecuente progresión y evolución de las complicaciones neurovasculares.

    ÚLCERAS DIABÉTICAS
    • El componente principal en alrededor del 90 % de ulceraciones en el pie del diabético es la neuropatía periférica diabética.
    • Las úlceras más frecuentes son las neuropáticas, entre un 45 y un 60% del total, las neuroisquémicas entre un 25 y un 45% y las púramente isquémicas entre un 10 y un 15%. 
    • Es probable que la insuficiencia vascular sola represente menos del 10% de las úlceras del pie si bien participa en aproximadamente la mitad de todas las úlceras, la mayoría de las cuales son neuro isquémicas. La presión intrínseca debida a movilidad articular limitada, cabezas metatarsianas prominentes y alteración del almahadillado metatarsiano, conduce a la úlcera plantar neuropática clásica. La presión extrínseca causada por dedos en garra o juanetes en un calzado inadecuada, talones desprotegidos durante períodos de inmovilidad y zapatos apretados provocan úlceras dorsales del talón e interdigitales.
      La presión supera a la circulación microvascular local y causa necrosis isquémica y desintegración cutánea subsiguiente, conducentes a úlceras.

    Según su etiopatogenia, las úlceras o lesiones del pie diabético las podemos clasificar en:

    Ulcera Neuropática

    • Definida como la existencia de ulceración en un punto de presión o deformación del pie, presenta tres localizaciones prevalentes: primer y quinto metatarsiano en sus zonas acras, y calcáneo en su extremo posterior.
    • Son ulceraciones de forma redondeada, callosidad periulcerosa e indoloras.
    • Existe una alteración de la sensibilidad.
    • La perfusión arterial es correcta, con los pulsos periféricos conservados.

    Ulcera Neuro-Isquémica

    • Necrosis inicialmente seca y habitualmente de localización latero-digital, que suele progresar de forma rápida a húmeda y supurativa si existe infección sobreañadida .
    • Generalmente los pulsos tibiales están abolidos y existe una neuropatía previa asociada. 
    • Dolorosas aunque depende del grado de neuropatia coexistente.
    • Localización mas habitual en el primer dedo, superficie lateral de la cabeza del quinto metatarsiano y talón.

    Pie Diabético Infectado

    Clínicamente es posible distinguir tres formas, que pueden cursar de forma sucesiva, pero también simultánea: celulitis superficial, infección necrotizante y osteomielitis.
    • Celulitis Superficial: en un porcentaje superior al 90%-95% está causada por un único germen patógeno gram positivo, que generalmente es el estafilococo aureus o el estreptococo. Puede cursar de forma autolimitida, o progresar a formas más extensas en función de la prevalencia de los factores predisponentes.
    • Infección necrotizante: afecta a tejidos blandos, y es polimicrobiana. Cuando se forman abcesos, el proceso puede extenderse a los compartimentos plantares.
    • Osteomielitis: su localización más frecuente es en los 1, 2 y 5 dedo, y puede cursar de forma sintomática, pero no es infrecuente que falten los síntomas y signos inflamatorios, siendo a menudo difícil de establecer su diagnóstico diferencial con la artropatía no séptica. En este sentido, la exteriorización ósea en la base de una ulceración tiene un valor predictivo del 90%.

    Sistema de Clasificación de la Universidad de Texas para Úlceras en Pie Diabético

    Junto con la clasificación de Wagner-Meggitt la conocida como clasificación de Texas o simplemente "Escala Texas" es la más popular de las clasificaciones de lesiones de pie diabético. Desarrollada en la University of Texas Health Science Center de San Antonio fue la primera clasificación de tipo bidimensional. Diseñada por Lavery y Armstrong en 1996 y posteriormente validada en 1998, es un sistema de clasificación donde las lesiones son estadiadas en base a dos criterios principales: profundidad y existencia de infección/isquemia. De esta forma el eje longitudinal de la matriz se ocupa del parámetro profundidad, otorgándole cuatro grados (desde el grado 0 al grado 3) y el eje vertical se ocupa del parámetro infección/isquemia, clasificando este parámetro mediante la asignación de cuatro letras (A-no presencia de infección o isquemia, B-presencia de infección, C-presencia de isquemia, D-presencia de infección e isquemia) .




    Grado I-A: no infectado, ulceración superficial no isquémica
    Grado I-B: infectado, ulceración superficial no isquémica
    Grado I-C: isquémica, ulceración superficial no infectada
    Grado I-D: isquémica y ulceración superficial infectada

    Grado II-A: no infectada, úlcera no isquémica que penetra hasta la capsula o hueso
    Grado II-B: infectada, úlcera no isquémica que penetra hasta la capsula o hueso
    Grado II-C: isquémica, úlcera no infectada que penetra hasta la capsula o hueso
    Grado II-D: úlcera isquémica e infectada que penetra hasta la capsula o hueso

    Grado III-A: no infectada, úlcera no isquémica que penetra hasta hueso o un absceso profundo
    Grado III-B: infectada, úlcera no isquémica que penetra hasta hueso o un absceso profundo
    Grado III-C: isquémica, úlcera no infectada que penetra hasta hueso o un absceso profundo
    Grado III-D: úlcera isquémica e infectada que penetra hasta hueso o un absceso profundo
La terapia con oxígeno hiperbárico aporta poco a los cuidados habituales en las úlceras del pie diabético
Las úlceras del pie diabético (UPD) son muy comunes pues el 15-25% de los pacientes afectos de diabetes tipo 2 (DM2) padecen esta complicación. Las UPD  alteran la calidad de vida de quien la sufre y son el riesgo principal de amputación (25-90% tienen el antecedente)  y de muerte prematura. Por todo ello, no es un asunto baladí.
Como es conocido los tres factores implicados en la UPD son: la neuropatía periférica (pérdida de la sensibilidad protectora), la arteriopatía periférica  (alteración del flujo sanguíneo) y las anormalidades estructurales del pie (alteración de la movilidad, deformidades...). 
Las UPD recurrentes que no curan son causa de riesgo de gangrena, infección local, infección sistémica, sepsis e incluso son causa de muerte. El tratamiento de las mismas, como hemos visto en otras ocasiones, se basa en identificar la posible causa infecciosa (cultivo y antibiograma), y a partir de ahí poner tratamiento. Con todo, como vimos, la Cochrane Database Syst Rev no encontró excesivas evidencias sobre qué antibióticos debían ser más efectivos, de manera que debería iniciarse un tratamiento antibiótico empírico según la severidad y sospecha de gérmenes implicados (de amplio espectro en infecciones graves) al tiempo que practicar pruebas de imagen para descartar una osteomielitis subyacente.
Al margen de la antibioterapia existen otras intervenciones en forma de curas con desbridaje de los restos necróticos, apósitos ad hoc… Dentro de estas intervenciones se encuentra la terapia mediante oxígeno bajo presión en cámara hiperbárica (TOH), un tratamiento coadyuvante en UPD crónicas con dificultades para su curación. Las evidencias que se tienen sobre su efectividad se basan en estudios de cohortes en ensayos clínicos aleatorizados no enmascarados. Una terapia cara que precisa tiempo y paciencia por parte del paciente, pues precisa de entre 30-60 sesiones de TOH (200-250 kPa). Este hecho, el cumplimiento terapéutico y el coste del mismo en lugares donde no está financiado, ha producido grandes sesgos en los estudios observacionales publicados, de tal modo que no queda claro que los beneficios del TOH en pacientes con UPD se deban a este tratamiento o a otro realizado concomitantemente.  En dos ensayos clínicos aleatorizados (ECA) con escasos pacientes (8 en uno y 49 en otro frente a placebo) los resultados fueron positivos en la curación de las UPD pero no en la reducción de amputaciones. En un estudio retrospectivo sobre 700 pacientes no se encontró beneficios e incluso aumentó el riesgo de amputaciones en los pacientes con TOH. El estudio que traemos aquí se trata de un estudio prospectivo, un ECA de pacientes con UPD crónicas con un tratamiento convencional en atención primaria y que recibieron tratamiento con TOH. Los objetivos primarios fueron evaluar la eficacia del TOH en la reducción en las  indicaciones de amputación (más que las amputaciones en sí mismas) en pacientes con DM y UPD crónicas en las extremidades inferiores y determinar si la TOH mejora significativamente los indicadores específicos de curación. Para ello se incluyeron a pacientes con DM con lesiones en el pie (grados 2-4 de Wagner) de al menos 4 semanas de duración. En éstos, al  margen de los cuidados habituales de las UPD, los participantes fueron asignados a recibir 30 sesiones diarias de 90 minutos con TOH (oxigeno respirable a 244 KPa) o simulado (aire respirable a 125 KPa).
Los pacientes, médicos e investigadores no conocían la asignación de los grupos.
A las 12 semanas tras la aleatorización de los pacientes fueron evaluados según criterios de amputación por un cirujano vascular y sobre la cicatrización de las lesiones.
De los 157 pacientes elegibles, 107 fueron asignados para la aleatorización y 103 fueron al final los estudiados.
Según los criterios de amputación estos se presentaron  en 13 de 54 pacientes del grupo simulado y 11 de 49 del grupo de la TOH, la odds ratio (OR)  0,91 (IC 95% 0,37-2,28, p = 0,846).
En cuanto a la curación de la UPD, 12 (22%) del grupo simulado y 10 (20%) del grupo de la TOH sanaron, OR 0,90 (IC 95% 0,35-2,31, p = 0,823). Otros índices de curación no fueron estadísticamente significativos entre los grupos.
Concluyen que según este estudio, la TOH no aportaría una ventaja adicional al tratamiento habitual de las heridas en pie diabético en cuanto a la prevención de amputaciones y mejoría de las lesiones de pacientes con DM y UPD crónicas.
Hay que decir que la cantidad de pacientes es pequeña y podrían existir variaciones en la gravedad de las UPD o las condiciones de los pacientes que hicieran variar los resultados. Con todo, es un dato más a las escasas evidencias de esta costosa terapia.
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lunes, 25 de enero de 2016

Obtienen protocolo que mejora el diagnóstico de la diabetes gestacional


Obtienen protocolo que mejora el diagnóstico de la diabetes gestacional    

Un estudio elaborado en la Universidad de Huelva ha permitido obtener un protocolo de actuación que permite realizar un mejor diagnóstico de la diabetes gestacional al tiempo que reducir en un 50 por ciento las pruebas de confirmación que ahora se realiza, con el consiguiente ahorro a la sanidad pública.
El estudio, cuyo autor principal es Miguel Ángel Castaño, del Departamento de Biología Ambiental y Salud Pública de la Universidad de Huelva, consultado por Efe parte del aumento de la incidencia que en los últimos años ha tenido en el mundo, cifrándose en el área Mediterránea entre el 7 % y el 9 %, lo que supone el 90 % de todos los embarazos de riesgo.
Esta enfermedad puede ocasionar anomalías para el feto como la macrosomía, el distress respiratorio, hipoglucemia, malformaciones o incluso la muerte neonatal; y cesáreas, complicaciones cardiovasculares, diabetes mellitus y mortalidad materna, para la gestante; aspectos todos ellos que se reducen tras aplicar el tratamiento adecuado, de ahí la importancia del diagnóstico precoz.
En España, el método empleado es el cribado en dos pasos, que consiste en realizar primero una prueba de sobrecarga oral de 50 g de glucosa anhidra y medir la glucemia tras 1 hora de la ingesta, siendo necesario realizar el test de confirmación a las 2 ó 3 semanas, a aquellas mujeres con una glucemia × 140 mg/dl a los 60 minutos.
Este método, según los investigadores es "complicado, molesto y ocasiona ciertos inconvenientes a las mujeres embarazadas como nauseas, mareos, vómitos y malestar general" y además exige que la mujer realice la curva de glucemia en dos días diferentes, separados por una semana como mínimo, con los consiguientes problemas de pérdida de días de trabajo.
Frente a esto el estudio ha obtenido un método más eficiente para conseguir un diagnóstico precoz, estudiando para ello 388 mujeres embarazadas que fueron controladas y seguidas en el área sanitaria del complejo hospitalario de Huelva.
Dicho protocolo parte de la misma prueba, la sobre carga oral de 50 gramos de glucosa anhidra. Sin embargo, descarta de la segunda a aquellas que presenten una glucemia a los 60 minutos igual o superior a 190 mg/dL o inferior a 140 mg/dL. y a las que tengan una hemoglobina glicosilada inferior a 4,85 % que nunca tendrían una diabetes gestacional; o superior a 5,95 % que siempre tendrán una diabetes gestacional.
Al resto se le aplicará una ecuación propuesta por el equipo investigador y sólo se le realizará la prueba de confirmación siempre que indique que la paciente se encuentra en riesgo de tener una diabetes gestacional.
El protocolo propuesto en este estudio originaría una reducción del 50 % de las pruebas de confirmación que se están actualmente realizando, por lo que su instauración en el Servicio Andaluz de Salud supondría un importante ahorro económico y además conllevaría una reducción de las molestias a las mujeres, todo ello garantizando que todas las mujeres gestantes con diabetes gestacional de nuestra área sanitaria son correctamente diagnosticadas.