diabetes

publicidad2

Mostrando las entradas con la etiqueta ejercicio. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta ejercicio. Mostrar todas las entradas

viernes, 25 de diciembre de 2015

Si usted es diabético: No se desentienda de la buena nutrición ni del ejercicio en diciembre


 

 La actividad física regular y una alimentación balanceada son la base para prevenir la diabetes tipo 2. Incluso, una vez diagnosticada la condición, la terapia farmacológica debe ser combinada con un estilo de vida saludable para lograr la eficacia del tratamiento. Estas consideraciones no se deben dejar de lado especialmente en Navidad, cuando se acostumbra a ingerir mayor cantidad de alimentos dulces y carbohidratos. 
            La doctora Imperia Brajkovich, presidenta de la Sociedad Venezolana de Endocrinología y Metabolismo, recomendó realizar al menos 150 minutos de ejercicios físicos a la semana, este tiempo puede distribuirse en sesiones de 30 minutos diarios. La rutina de entrenamiento debe combinar trabajos corporales de fuerza y resistencia con acondicionamiento muscular y flexibilidad. 
            La diabetes no limita la práctica deportiva. Quienes tienen un control adecuado de concentración de azúcar en la sangre y están bajo tratamiento, pueden incluso realizar ejercicios de alto rendimiento. "Si el paciente no tiene complicaciones, no necesita la supervisión de otra persona, pero debe hacerse la muestra de glicemia antes y después del ejercicio para notar el efecto. El médico ajustará el tratamiento ya sea de los hipoglicemiantes orales o la insulina para que no ocurran hipoglicemias", explicó Brajkovich.
Precauciones
            La actividad física se puede realizar al momento que el paciente lo considere conveniente. Sin embargo, hay que ser precavidos con detalles como el tipo de calzado que se utiliza, para prevenir lesiones que a largo plazo comprometan la integridad del pie o la pierna. A su vez, los pacientes con retinopatía y otras afecciones oculares asociadas a la diabetes, no deben lanzarse a la piscina de cabeza, para evitar complicaciones.
            El control glicémico juega un rol fundamental en el entrenamiento físico. La galena enfatizó que si la persona tiene la glicemia muy baja o muy alta no debe hacer ejercicio y necesita revisar qué pudo ocasionarlo.    Asimismo insistió en que durante el ejercicio hay que mantenerse bien hidratado y tener comida a la mano, en caso que los niveles de azúcar en la sangre desciendan drásticamente.
Otra recomendación es no inyectarse la insulina en la zona del músculo que se va a trabajar durante el entrenamiento, de lo contrario se debe esperar una hora para hacer la actividad. "También es importante evitar el ejercicio si la tensión arterial no está bien controlada y estar pendiente del pulso. En caso de arritmias o problemas del corazón, hay que hacerse una evaluación con prueba de esfuerzo e iniciar un programa de rehabilitación cardiaca", agregó.

En aumento
            La presidenta de la Sociedad Venezolana de Endocrinología y Metabolismo manifestó que la diabetes se ha convertido en un problema de salud pública, ya que la prevalencia ha venido aumentando en los últimos años. En su opinión, esto se debe a la exposición a factores de riesgo: "de cada siete venezolanos, tres tienen obesidad y cuatro tienen sobrepeso. Eso está directamente relacionado con diabetes y enfermedad cardiovascular", sostuvo.
La enfermedad se divide en tres grupos: tipo 1, que se origina cuando el organismo crea anticuerpos que destruyen las células productoras de insulina en el páncreas; tipo 2, es más común pero evoluciona lentamente, suele presentarse en adultos con obesidad o sobrepeso; por último está la diabetes gestacional, que ocurre cuando una mujer desarrolla la enfermedad durante el embarazo.

lunes, 14 de septiembre de 2015

La diabetes en las personas mayores


 

Se produce debido a una insuficiente secreción de insulina por parte del páncreas, lo que hace que las células del organismo no puedan asimilar la glucosa que les llega por la sangre (función que realiza la insulina), aumentando su concentración en la sangre. La padecen casi un 10% de las personas mayores de 65 años. Los síntomas que nos indican que el azúcar está alto: exceso de sed, picores (especialmente en la zona genital en la mujer), aumento del apetito, orinar mucha cantidad, y adelgazar comiendo más. Ante esto es el médico el que debe diagnosticar con un análisis de sangre y en ayunas, donde se mida la glucemia.

El tratamiento consta siempre de tres partes:
Tipo de vida, Alimentación y Medicación

- Tipo de vida: el ejercicio físico, con paseos puede ser suficiente. Con el ejercicio, las células consumen más glucosa, por lo que disminuye la concentración de glucosa en sangre. Es necesario hacer ejercicio de forma regular, sin cambios bruscos, programarlo siempre a la misma hora y con una intensidad similar, para que no se produzcan en la sangre cambios bruscos de las cifras de glucosa; se hará igual con la insulina.
Para evitar complicaciones durante el ejercicio es recomendable llevar siempre caramelos azucarados que se tomarán en cuanto aparezcan mareos por disminución de la glucosa.

- Alimentación: el médico deberá adaptarla a cada caso. En general, es suficiente con restringir los azúcares como los dulces, pan, y limitar las calorías a las necesarias, con una alimentación variada y sin exceso de grasas animales. Es aconsejable evitar la ingesta de alcohol.


Si hay obesidad, el objetivo será disminuir peso, ya que con frecuencia la disminución de un 10 a un 15% del peso permite la disminución e incluso la supresión de la medicación.

- Medicación: Consiste en insulina (inyectada) o antidiabéticos orales (en comprimidos), según cada caso. Los antidiabéticos orales son el primer escalón y son prescritos en las formas más leves de diabetes, que son las más habituales en las personas mayores.
La complicación más frecuente y temida de la diabetes son las hipoglucemias (baja de la glucosa en sangre por debajo de 60 mg). Comer menos o realizar ejercicio tras haber tomado la medicación son las causas más frecuentes de la hipoglucemia. Los síntomas que aparecen son sudación fría, mareos, y, al final, la pérdida del conocimiento. Debe de tomarse un vaso de zumo azucarado ante la mínima sospecha de que esto está sucediendo. Al mismo tiempo se debe avisar al médico, especialmente si el tratamiento consistía en antidiabéticos orales, cuyas hipoglucemias son más graves (o se repiten en las horas siguientes) y suele obligar al ingreso hospitalario.

Con el paso del tiempo, y si no se ha seguido un buen control, otras complicaciones que pueden aparecer son: enfermedades vasculares (infarto de miocardio, trombosis cerebral y obstrucción de las arterias de las piernas). Alteraciones de los ojos, como enfermedades en la retina, que son la causa de un tercio de las cegueras en la persona mayor. Daño renal, impotencia y alteraciones de los nervios (hormigueos, calambres), etc.

Por último otra complicación de especial relevancia en las personas mayores con diabetes es la aparición de problemas en los pies, el llamado pie diabético. Si por cualquier razón aparece una herida, una llaga, ésta resulta muy difícil de curar porque la circulación, debido al azúcar en la sangre, está dañada, por lo que con frecuencia se complica con una infección, e incluso una gangrena (muerte de los tejidos) que puede terminar en amputación.

¿Qué se puede hacer para prevenir el pie diabético cuando la persona es dependiente?

- Evitar rozaduras con el uso de zapatos adecuados, ni justos ni grandes. Utilizar siempre calcetines.

- No cortar las uñas en exceso, sobre todo las de los dedos gordos.

- Ante callosidades u otras anomalías o dudas de los pies, acudir al podólogo.


fuente: M.E.P.V-Aprendiendo a Crecer


miércoles, 18 de febrero de 2015

Diabetes Mellitus

dmEl término diabetes mellitus (DM) tiene sus raíces en el griego y el latín. Diabetes (palabra griega) significa sifón, salir con fuerza, y el signo más característico de la diabetes es orinar de forma excesiva. Mellitus (palabra latina) sig­nifica dulce como la miel y la orina de una persona diabética tiene demasiada glucosa.
La diabetes es un síndrome clínico causado por una alteración en la secreción y/o acción de la insulina y se carac­teriza por alteraciones importantes en el metabolismo de las proteínas, lípidos y carbohidratos. Por tanto, es una dis­función metabólica crónica y su importancia radica en su alta frecuencia y en las complicaciones vasculares (macro y microangiopatías) y neurológicas (neuropatías) que se producen a corto y largo plazo, constituyendo una de las principales causas de invalidez y mortalidad prematura en la mayoría de los países desarrollados, además de influir negativamente en la calidad de vida de las personas afectadas.
Es una enfermedad crónica que se caracteriza por alteración del metabolismo de los hidratos de carbono, lípidos y proteínas como consecuencia de un déficit de la síntesis o de la utilización de la insulina. Se produce un síndrome metabólico cuya principal manifestación es la hiperglucemia.
¿QUÉ ES LA INSULINA Y QUÉ FUNCIONES CUMPLE EN EL METABOLISMO?
La principal acción de la insulina (hormona generada por las células beta del páncreas) consiste en permitir la entrada de la glucosa a las células, aunque también regula la mayor parte de las vías metabólicas conocidas, ya que permite la síntesis de las proteínas inhibiendo su degradación, estimula la acumulación de grasa en el adipocito e interactúa con otros sistemas hormonales como las catecolaminas y los glucocorticoides.
LA INSULINA es la hormona anabolizante por excelencia del metabolismo intermediario, su acción es fundamental tanto para obtener energía en cada momento, como para almacenarla y emplearla cuando sea necesario.
 PAPEL DE LA INSULINA
La insulina realiza las siguientes funciones:
  1. Mantiene dentro de estrechos límites el nivel de glucosa en sangre.
  2. Introduce la glucosa en el hígado y en los músculos para sintetizar glucógeno y para utilizar la misma glucosa como combustible inmediato por los músculos.
  3. Sintetiza grasa a partir de los ácidos grasos absorbidos por el intestino
  4. Incorpora aminoácidos a las proteínas y facilita la formación de proteínas
DIABETES TIPO 1
dm1Llamada anteriormente diabetes mellitus insulinodepen­diente  o diabetes juvenil, es la forma más grave de la DM primaria y la menos frecuente. Aparece como consecuencia de la destrucción de las células beta del páncreas (deben destruirse entre el 80-90% de la masa total de células beta), por lo que se produce muy poca insulina o nada y el individuo tiene tendencia a la cetoacidosis. Incluye, la mayoría de las veces, casos resultan­tes de un proceso autoinmunitario y otros, en menor grado, son idiopáticos, aunque parece que hay un factor hereditario importante (dos de cada tres diabéticos per­tenecen a una familia con historia de diabetes).
Generalmente se diagnostica durante la niñez o la edad adulta joven (los hombres jóvenes actualmente tienen más riesgo que las mujeres jóvenes), aunque puede iniciarse a cualquier edad. El comienzo suele ser de forma brusca, con cetoacidosis, en niños y adolescen­tes. Otros individuos tienen moderada hiperglucemia basal que puede evolucionar rápidamente a hiperglu­cemia severa o a cetoacidosis en presencia de infección o estrés. El peso de los individuos habitualmente es normal o por debajo de lo normal, pero la presencia de obesidad no es incompatible con el diagnóstico.
  1. Aparece preferentemente en individuos jóvenes de menos de 35-40 años (14-16 años), o Inicio brusco.
  2. Caracterizada por fuerte déficit de insulina, requiere tratamiento con insulina,
  3. Tiende a la cetosis.
  4. Se manifiesta por: pérdida de peso, poliuria, polidipsia, polifagia y fatiga,
  5. Componente autoinmunitario en su patología,
  6. Supone el 10-15% de los casos de diabetes.
DIABETES TIPO 2
diabete 2Llamada anteriormente diabetes mellitus no insulino­dependiente  o diabetes del adulto, es la forma más frecuente. Supone entre el 85-95% de todas las formas de DM primaria y es una de las enfermeda­des crónicas más importantes y con mayor impacto sociosanitario, tanto por su relevancia clínica como epi­demiológica, debido a su alta prevalencia, a la apari­ción de complicaciones crónicas y la elevada mortali­dad que asocia. Se produce por un defecto en la capa­cidad secretora de insulina y en individuos con resisten­cia a la misma. Está frecuentemente asociada con una fuerte predisposición genética, sin embargo, este factor genético es complejo y no claramente definido.
Puede aparecer a cualquier edad, aunque suele iniciar­se a partir de los 40 años y su prevalencia aumenta con la edad, el sobrepeso y la falta de actividad física. La obesidad está presente en el 80% de los individuos y puede ocasionar resistencia a la insulina. Es más fre­cuente en mujeres con antecedentes de diabetes gestacional, en individuos con hipertensión o dislipemias y en la raza negra. Muchas de estas personas no necesi­tarán insulina para sobrevivir, aunque en algunos casos pueden requerirla para conseguir una concentración normal de glucosa. Habitualmente no aparece cetoaci­dosis, a no ser que el individuo se vea afectado por infección o situaciones estresantes. En sus fases inicia­les se presenta una resistencia a la insulina, con hiper­glucemia postprandial, que tiende a compensarse con un aumento de la secreción de insulina. Cuando este mecanismo fracasa aparece un defecto de secreción de insulina que se manifiesta con alteración de la glucosa en ayunas y posterior DM tipo 2.
  1. Más frecuente después de los 40 años (50-60 años)
  2. Inicio solapado.
  3. Déficit relativo de insulina.
  4. No tiende a la cetosis.
  5. Parecen determinantes la predisposición genética y la obesidad,
  6. Representa cerca del 90 % de los pacientes diabéticos.