Caminar o quedarse de pie en lugar de permanecer sentado ayuda a disminuir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Las personas que caminan o se quedan de pie en lugar de pasar el mismo tiempo sentadas disminuirían el riesgo de desarrollar diabetes, según sugiere un estudio de Reino Unido.
Estudios previos habían asociado el tiempo sedentario con la diabetes tipo 2, que está asociado con el envejecimiento y la obesidad. Aparece cuando el cuerpo no puede utilizar la insulina para convertir el azúcar de la sangre en energía para las células.
Los autores les pidieron a 435 adultos con riesgo de diabetes que usaran monitores de actividad física las 24 horas durante una semana para determinar cuánto tiempo pasaban sentados, parados y caminando. Luego, revisaron análisis de laboratorio para saber cómo el organismo procesaba el azúcar y la insulina.
El estudio "aporta más evidencia" de que con sólo estar de pie en lugar de permanecer sentados durante el día mejoran los marcadores de diabetes tipo 2, según dijo el coautor Joseph Henson, de la Universidad de Leicester.
Los participantes tenían 67 años. La mayoría tenía acumulación de grasa en la cintura, además de sobrepeso u obesidad. Un tercio tenía antecedentes familiares de diabetes. Todos pasaban unas 9,4 horas diarias en una silla o acostados. Esto incluía unas 4,2 horas de intervalos en una silla durante no más de media hora y 5,4 horas de intervalos de 30 minutos o más en una silla.
Los participantes también pasaban unas 4,5 horas por día de pie y 1,7 horas por día caminando.
Los que reemplazaban los 30 minutos en una silla con pequeños intervalos de pie tenían niveles de insulina en ayunas un 4 por ciento más bajos. Pero si pasaban de pie esos períodos prolongados en una silla, los valores de insulina disminuían un 5 por ciento. Caminar, en cambio, estuvo asociado con una diferencia del 11 por ciento, según publican los autores en BMJ Open.
El estudio no identificó una relación entre la glucosa en sangre o los niveles de insulina al reemplazar el tiempo que pasaban en una silla con pequeños intervalos de pie. Caminar por intervalos cortos en lugar de estar sentados redujo los valores de insulina un 7 por ciento.
Como no se trató de un experimento controlado, el equipo aclara que el estudio no muestra cómo la variación de la actividad física influye directamente en el riesgo de desarrollar diabetes.
Aun así, los resultados se suman a la evidencia de que pequeños cambios en el tiempo sedentario reduciría el riesgo de diabetes, según opinó Bethany Barone Gibbs, de University of Pittsburgh y que no participó del estudio.
Fuente: scientificamerican.com
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