En los mayores de 70 años el porcentaje de prevalencia de diabetes supera el 15% y se calcula que, en la actualidad, la mitad de los ancianos que la padecen desconocen su enfermedad, tal y como advierte la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). Y es que a partir de los 70 años la diabetes se desencadena de manera silenciosa y no está diagnosticada.
La mitad de los ancianos diabéticos desconocen que lo son
Es precisamente en las personas de mayor edad donde la diabetes presenta unas manifestaciones atípicas que dificultan su diagnóstico. Por ello, con motivo del Día Mundial de la Salud, que se celebra el 7 de abril dedicado este año a la diabetes, desde la SEGG se aclara que la valoración geriátrica integral es indispensable para evitar que la enfermedad puede pasar desapercibida.
Tal y como afirma el Dr. José Antonio López Trigo, presidente de la SEGG, “la
diabetes es una enfermedad que aumenta con la edad y el 40 por ciento
de los diagnosticados de diabetes son mayores de 65 años”. Y se espera que los afectados por esta dolencia se incrementen sobremanera
en los próximos años debido a la proliferación de algunos hábitos de
vida poco saludables como el sedentarismo o a patologías como la
obesidad.
La diabetes es una enfermedad grave
que se presenta cuando los niveles de glucosa en la sangre son muy
altos y puede causar problemas de salud de alto riesgo (hipoglucemias,
problemas cardiovasculares, patologías oculares, daños en el riñón,
etcétera) que se agravan en las personas mayores.
A pesar de la prevalencia creciente de
la diabetes los altos niveles de glucosa en sangre pueden ser
controlados para ayudar a contrarrestar la enfermedad y prevenir o
retrasar la aparición de problemas en el futuro. Pero desde la SEGG se
advierte que este control no sucede en todos los casos, ya que “en la actualidad la mitad de los ancianos diabéticos desconocen que lo son, por lo cual no están tratando su enfermedad, y esto aumenta el riesgo de deterioro funcional”, según explica el Dr. López Trigo. “Muchos de estos ancianos sin diagnosticar están sufriendo problemas de salud que achacan a los años. Esto
puede ser debido a enfermedades que no estén bien tratadas, entre
ellas, la diabetes, que además presenta el problema añadido de ser, en
muchas ocasiones, silente en sus manifestaciones”, aclara el presidente de la SEGG.
Por otra parte, al deterioro funcional que sufren los mayores con diabetes se suma un cierto grado de deterioro cognitivo debido
a la neurotoxicidad causada por la hiperglucemia, la hipoglucemia, la
insulina o por los productos glicosilados, lo que complica aún más si
cabe el problema.
El paciente anciano tiene unas
características particulares que hacen que controle peor su enfermedad,
ya que el deterioro funcional y el cognitivo empeoran sustancialmente su
calidad de vida y ello tiene una repercusión directa y negativa en la
evolución de la diabetes.
Algunos pacientes ancianos con
deterioro cognitivo pueden no entender bien las bases del tratamiento y
no saber qué hacer ante la aparición de una complicación, por ejemplo,
una hipoglucemia. A ello hay que añadir que tienen más riesgo de errores
en la medicación (por ejemplo, pueden administrarse un exceso de
insulina).
Un mal control de la enfermedad puede llevar a la aparición de complicaciones microvasculares (retinopatía, neuropatía y nefropatía) y macrovasculares (circulación vascular periférica, arterosclerosis en deterioro carotídeo o coronaria).
En el paciente mayor
otras circunstancias que pueden dificultar el manejo de la diabetes
pueden ser el empeoramiento de la agudeza visual, la depresión, los
problemas sociales o la limitación del acceso a comidas equilibradas.
Además, los pacientes diabéticos usan el doble de recursos
tanto hospitalarios como extrahospitalarios que los pacientes no
diabéticos, y los pacientes de más de 75 años presentan mayores tasas de
mortalidad que los pacientes del mismo grupo sin diabetes.
Por todo ello, desde la SEGG se recomiendan las siguientes actuaciones en cuanto al tratamiento, control y seguimiento del paciente mayor diabético:
- Es necesaria una educación continua de la familia, cuidadores y personal de medios residenciales.
- La instrucciones al paciente mayor diabético deben ser simples.
- El tratamiento del anciano debe ser
individualizado. Hay que tener en cuenta si padece deterioro cognitivo y
deficiencias sensoriales.
- Se recomienda la práctica de deporte:
preferiblemente ejercicios de resistencia como caminar o bicicleta. El
ejercicio aeróbico es beneficioso para retrasar la aparición de la
diabetes y para mejorar la resistencia a la insulina en aquellos con la
enfermedad establecida.
- Se aconseja la pérdida de peso, ya que incluso leves pérdidas aportan beneficios.
- Es recomendable la reducción de los factores de riesgo cardiovascular, incluido el tabaquismo.
- Los sistemas de alarma colgantes o en domicilio pueden resultar de gran utilidad para controlar al anciano diabético.
- Es necesario que los mayores
diabéticos se sometan a una revisión anual. En los ancianos frágiles o
muy dependientes, los controles deben ser frecuentes para asegurarse que
los tratamientos son los apropiados y no presentan reacciones adversas.
- La dieta debe ser controlada (sobre
todo es necesario reducir las grasas), al igual que el resto de fármacos
que tomen (polimedicación).
- Se debe vigilar el aumento de peso, la
tensión, la microalbuminuria (signo precoz de nefropatía), los pies y
la glucosa periódicamente.
- Los test urinarios de glucosa son
menos fiables, ya que en este grupo de pacientes el umbral renal
glucémico se encuentra alterado.
- See more at:
http://geriatricarea.com/la-mitad-de-las-personas-mayores-de-70-anos-que-sufre-diabetes-no-lo-sabe/#sthash.p3CazKL2.dpuf
En los mayores de 70 años el porcentaje de prevalencia de diabetes
supera el 15% y se calcula que, en la actualidad, la mitad de los
ancianos que la padecen desconocen su enfermedad, tal y como advierte la
Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). Y es que a partir
de los 70 años la diabetes se desencadena de manera silenciosa y no está
diagnosticada.
Es precisamente en las personas de mayor edad donde la diabetes
presenta unas manifestaciones atípicas que dificultan su diagnóstico. Por
ello, con motivo del Día Mundial de la Salud, que se celebra el 7 de
abril dedicado este año a la diabetes, desde la SEGG se aclara que la valoración
geriátrica integral es indispensable para evitar que la enfermedad puede
pasar desapercibida.
Tal y como afirma el Dr. José Antonio López Trigo, presidente de
la SEGG, “la diabetes es una enfermedad que aumenta con la edad y el 40 por
ciento de los diagnosticados de diabetes son mayores de 65 años”. Y se
espera que los afectados por esta dolencia se incrementen sobremanera en
los próximos años debido a la proliferación de algunos hábitos de vida poco
saludables como el sedentarismo o a patologías como la obesidad.
La diabetes es una enfermedad grave que se presenta cuando los
niveles de glucosa en la sangre son muy altos y puede causar problemas de salud
de alto riesgo (hipoglucemias, problemas cardiovasculares, patologías oculares,
daños en el riñón, etcétera) que se agravan en las personas mayores.
A pesar de la prevalencia creciente de la diabetes los altos niveles de
glucosa en sangre pueden ser controlados para ayudar a contrarrestar la
enfermedad y prevenir o retrasar la aparición de problemas en el futuro. Pero
desde la SEGG se advierte que este control no sucede en todos los casos, ya que
“en la actualidad la mitad de los ancianos diabéticos desconocen que lo
son, por lo cual no están tratando su enfermedad, y esto aumenta el riesgo
de deterioro funcional”, según explica el Dr. López Trigo. “Muchos de
estos ancianos sin diagnosticar están sufriendo problemas de salud que achacan
a los años. Esto puede ser debido a enfermedades que no estén bien tratadas,
entre ellas, la diabetes, que además presenta el problema añadido de ser, en
muchas ocasiones, silente en sus manifestaciones”, aclara el presidente de
la SEGG.
Por otra parte, al deterioro funcional que sufren los mayores con
diabetes se suma un cierto grado de deterioro cognitivo debido a la
neurotoxicidad causada por la hiperglucemia, la hipoglucemia, la insulina o por
los productos glicosilados, lo que complica aún más si cabe el problema.
El paciente anciano tiene unas características particulares que hacen
que controle peor su enfermedad, ya que el deterioro funcional y el cognitivo
empeoran sustancialmente su calidad de vida y ello tiene una repercusión
directa y negativa en la evolución de la diabetes.
Algunos pacientes ancianos con deterioro cognitivo pueden no entender
bien las bases del tratamiento y no saber qué hacer ante la aparición de una
complicación, por ejemplo, una hipoglucemia. A ello hay que añadir que tienen
más riesgo de errores en la medicación (por ejemplo, pueden administrarse un
exceso de insulina).
Un mal control de la enfermedad puede llevar a la aparición de complicaciones
microvasculares (retinopatía, neuropatía y nefropatía) y macrovasculares
(circulación vascular periférica, arterosclerosis en deterioro carotídeo o
coronaria).
En el paciente mayor otras circunstancias que pueden dificultar
el manejo de la diabetes pueden ser el empeoramiento de la agudeza visual, la
depresión, los problemas sociales o la limitación del acceso a comidas equilibradas.
Además, los pacientes diabéticos usan el doble de recursos tanto
hospitalarios como extrahospitalarios que los pacientes no diabéticos, y los
pacientes de más de 75 años presentan mayores tasas de mortalidad que los
pacientes del mismo grupo sin diabetes.
Por todo ello, desde la SEGG se recomiendan las siguientes actuaciones
en cuanto al tratamiento, control y seguimiento del paciente mayor diabético:
- Es necesaria una
educación continua de la familia, cuidadores y personal de medios
residenciales.
- La instrucciones
al paciente mayor diabético deben ser simples.
- El tratamiento
del anciano debe ser individualizado. Hay que tener en cuenta si padece
deterioro cognitivo y deficiencias sensoriales.
- Se recomienda la
práctica de deporte: preferiblemente ejercicios de resistencia como
caminar o bicicleta. El ejercicio aeróbico es beneficioso para retrasar la
aparición de la diabetes y para mejorar la resistencia a la insulina en aquellos
con la enfermedad establecida.
- Se aconseja la
pérdida de peso, ya que incluso leves pérdidas aportan beneficios.
- Es recomendable
la reducción de los factores de riesgo cardiovascular, incluido el
tabaquismo.
- Los sistemas de
alarma colgantes o en domicilio pueden resultar de gran utilidad para
controlar al anciano diabético.
- Es necesario que
los mayores diabéticos se sometan a una revisión anual. En los ancianos
frágiles o muy dependientes, los controles deben ser frecuentes para
asegurarse que los tratamientos son los apropiados y no presentan
reacciones adversas.
- La dieta debe
ser controlada (sobre todo es necesario reducir las grasas), al igual que
el resto de fármacos que tomen (polimedicación).
- Se debe vigilar
el aumento de peso, la tensión, la microalbuminuria (signo precoz de
nefropatía), los pies y la glucosa periódicamente.
- Los test
urinarios de glucosa son menos fiables, ya que en este grupo de pacientes
el umbral renal glucémico se encuentra alterado.
-
- Fuente: http://geriatricarea.com
En los mayores de 70 años el porcentaje de prevalencia de diabetes supera el 15% y se calcula que, en la actualidad, la mitad de los ancianos que la padecen desconocen su enfermedad, tal y como advierte la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). Y es que a partir de los 70 años la diabetes se desencadena de manera silenciosa y no está diagnosticada.
La mitad de los ancianos diabéticos desconocen que lo son
Es precisamente en las personas de mayor edad donde la diabetes presenta unas manifestaciones atípicas que dificultan su diagnóstico. Por ello, con motivo del Día Mundial de la Salud, que se celebra el 7 de abril dedicado este año a la diabetes, desde la SEGG se aclara que la valoración geriátrica integral es indispensable para evitar que la enfermedad puede pasar desapercibida.
Tal y como afirma el Dr. José Antonio López Trigo, presidente de la SEGG, “la
diabetes es una enfermedad que aumenta con la edad y el 40 por ciento
de los diagnosticados de diabetes son mayores de 65 años”. Y se espera que los afectados por esta dolencia se incrementen sobremanera
en los próximos años debido a la proliferación de algunos hábitos de
vida poco saludables como el sedentarismo o a patologías como la
obesidad.
La diabetes es una enfermedad grave
que se presenta cuando los niveles de glucosa en la sangre son muy
altos y puede causar problemas de salud de alto riesgo (hipoglucemias,
problemas cardiovasculares, patologías oculares, daños en el riñón,
etcétera) que se agravan en las personas mayores.
A pesar de la prevalencia creciente de
la diabetes los altos niveles de glucosa en sangre pueden ser
controlados para ayudar a contrarrestar la enfermedad y prevenir o
retrasar la aparición de problemas en el futuro. Pero desde la SEGG se
advierte que este control no sucede en todos los casos, ya que “en la actualidad la mitad de los ancianos diabéticos desconocen que lo son, por lo cual no están tratando su enfermedad, y esto aumenta el riesgo de deterioro funcional”, según explica el Dr. López Trigo. “Muchos de estos ancianos sin diagnosticar están sufriendo problemas de salud que achacan a los años. Esto
puede ser debido a enfermedades que no estén bien tratadas, entre
ellas, la diabetes, que además presenta el problema añadido de ser, en
muchas ocasiones, silente en sus manifestaciones”, aclara el presidente de la SEGG.
Por otra parte, al deterioro funcional que sufren los mayores con diabetes se suma un cierto grado de deterioro cognitivo debido
a la neurotoxicidad causada por la hiperglucemia, la hipoglucemia, la
insulina o por los productos glicosilados, lo que complica aún más si
cabe el problema.
El paciente anciano tiene unas
características particulares que hacen que controle peor su enfermedad,
ya que el deterioro funcional y el cognitivo empeoran sustancialmente su
calidad de vida y ello tiene una repercusión directa y negativa en la
evolución de la diabetes.
Algunos pacientes ancianos con
deterioro cognitivo pueden no entender bien las bases del tratamiento y
no saber qué hacer ante la aparición de una complicación, por ejemplo,
una hipoglucemia. A ello hay que añadir que tienen más riesgo de errores
en la medicación (por ejemplo, pueden administrarse un exceso de
insulina).
Un mal control de la enfermedad puede llevar a la aparición de complicaciones microvasculares (retinopatía, neuropatía y nefropatía) y macrovasculares (circulación vascular periférica, arterosclerosis en deterioro carotídeo o coronaria).
En el paciente mayor
otras circunstancias que pueden dificultar el manejo de la diabetes
pueden ser el empeoramiento de la agudeza visual, la depresión, los
problemas sociales o la limitación del acceso a comidas equilibradas.
Además, los pacientes diabéticos usan el doble de recursos
tanto hospitalarios como extrahospitalarios que los pacientes no
diabéticos, y los pacientes de más de 75 años presentan mayores tasas de
mortalidad que los pacientes del mismo grupo sin diabetes.
Por todo ello, desde la SEGG se recomiendan las siguientes actuaciones en cuanto al tratamiento, control y seguimiento del paciente mayor diabético:
- Es necesaria una educación continua de la familia, cuidadores y personal de medios residenciales.
- La instrucciones al paciente mayor diabético deben ser simples.
- El tratamiento del anciano debe ser
individualizado. Hay que tener en cuenta si padece deterioro cognitivo y
deficiencias sensoriales.
- Se recomienda la práctica de deporte:
preferiblemente ejercicios de resistencia como caminar o bicicleta. El
ejercicio aeróbico es beneficioso para retrasar la aparición de la
diabetes y para mejorar la resistencia a la insulina en aquellos con la
enfermedad establecida.
- Se aconseja la pérdida de peso, ya que incluso leves pérdidas aportan beneficios.
- Es recomendable la reducción de los factores de riesgo cardiovascular, incluido el tabaquismo.
- Los sistemas de alarma colgantes o en domicilio pueden resultar de gran utilidad para controlar al anciano diabético.
- Es necesario que los mayores
diabéticos se sometan a una revisión anual. En los ancianos frágiles o
muy dependientes, los controles deben ser frecuentes para asegurarse que
los tratamientos son los apropiados y no presentan reacciones adversas.
- La dieta debe ser controlada (sobre
todo es necesario reducir las grasas), al igual que el resto de fármacos
que tomen (polimedicación).
- Se debe vigilar el aumento de peso, la
tensión, la microalbuminuria (signo precoz de nefropatía), los pies y
la glucosa periódicamente.
- Los test urinarios de glucosa son
menos fiables, ya que en este grupo de pacientes el umbral renal
glucémico se encuentra alterado.
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En los mayores de 70 años el porcentaje de prevalencia de diabetes supera el 15% y se calcula que, en la actualidad, la mitad de los ancianos que la padecen desconocen su enfermedad, tal y como advierte la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). Y es que a partir de los 70 años la diabetes se desencadena de manera silenciosa y no está diagnosticada.
La mitad de los ancianos diabéticos desconocen que lo son
Es precisamente en las personas de mayor edad donde la diabetes presenta unas manifestaciones atípicas que dificultan su diagnóstico. Por ello, con motivo del Día Mundial de la Salud, que se celebra el 7 de abril dedicado este año a la diabetes, desde la SEGG se aclara que la valoración geriátrica integral es indispensable para evitar que la enfermedad puede pasar desapercibida.
Tal y como afirma el Dr. José Antonio López Trigo, presidente de la SEGG, “la
diabetes es una enfermedad que aumenta con la edad y el 40 por ciento
de los diagnosticados de diabetes son mayores de 65 años”. Y se espera que los afectados por esta dolencia se incrementen sobremanera
en los próximos años debido a la proliferación de algunos hábitos de
vida poco saludables como el sedentarismo o a patologías como la
obesidad.
La diabetes es una enfermedad grave
que se presenta cuando los niveles de glucosa en la sangre son muy
altos y puede causar problemas de salud de alto riesgo (hipoglucemias,
problemas cardiovasculares, patologías oculares, daños en el riñón,
etcétera) que se agravan en las personas mayores.
A pesar de la prevalencia creciente de
la diabetes los altos niveles de glucosa en sangre pueden ser
controlados para ayudar a contrarrestar la enfermedad y prevenir o
retrasar la aparición de problemas en el futuro. Pero desde la SEGG se
advierte que este control no sucede en todos los casos, ya que “en la actualidad la mitad de los ancianos diabéticos desconocen que lo son, por lo cual no están tratando su enfermedad, y esto aumenta el riesgo de deterioro funcional”, según explica el Dr. López Trigo. “Muchos de estos ancianos sin diagnosticar están sufriendo problemas de salud que achacan a los años. Esto
puede ser debido a enfermedades que no estén bien tratadas, entre
ellas, la diabetes, que además presenta el problema añadido de ser, en
muchas ocasiones, silente en sus manifestaciones”, aclara el presidente de la SEGG.
Por otra parte, al deterioro funcional que sufren los mayores con diabetes se suma un cierto grado de deterioro cognitivo debido
a la neurotoxicidad causada por la hiperglucemia, la hipoglucemia, la
insulina o por los productos glicosilados, lo que complica aún más si
cabe el problema.
El paciente anciano tiene unas
características particulares que hacen que controle peor su enfermedad,
ya que el deterioro funcional y el cognitivo empeoran sustancialmente su
calidad de vida y ello tiene una repercusión directa y negativa en la
evolución de la diabetes.
Algunos pacientes ancianos con
deterioro cognitivo pueden no entender bien las bases del tratamiento y
no saber qué hacer ante la aparición de una complicación, por ejemplo,
una hipoglucemia. A ello hay que añadir que tienen más riesgo de errores
en la medicación (por ejemplo, pueden administrarse un exceso de
insulina).
Un mal control de la enfermedad puede llevar a la aparición de complicaciones microvasculares (retinopatía, neuropatía y nefropatía) y macrovasculares (circulación vascular periférica, arterosclerosis en deterioro carotídeo o coronaria).
En el paciente mayor
otras circunstancias que pueden dificultar el manejo de la diabetes
pueden ser el empeoramiento de la agudeza visual, la depresión, los
problemas sociales o la limitación del acceso a comidas equilibradas.
Además, los pacientes diabéticos usan el doble de recursos
tanto hospitalarios como extrahospitalarios que los pacientes no
diabéticos, y los pacientes de más de 75 años presentan mayores tasas de
mortalidad que los pacientes del mismo grupo sin diabetes.
Por todo ello, desde la SEGG se recomiendan las siguientes actuaciones en cuanto al tratamiento, control y seguimiento del paciente mayor diabético:
- Es necesaria una educación continua de la familia, cuidadores y personal de medios residenciales.
- La instrucciones al paciente mayor diabético deben ser simples.
- El tratamiento del anciano debe ser
individualizado. Hay que tener en cuenta si padece deterioro cognitivo y
deficiencias sensoriales.
- Se recomienda la práctica de deporte:
preferiblemente ejercicios de resistencia como caminar o bicicleta. El
ejercicio aeróbico es beneficioso para retrasar la aparición de la
diabetes y para mejorar la resistencia a la insulina en aquellos con la
enfermedad establecida.
- Se aconseja la pérdida de peso, ya que incluso leves pérdidas aportan beneficios.
- Es recomendable la reducción de los factores de riesgo cardiovascular, incluido el tabaquismo.
- Los sistemas de alarma colgantes o en domicilio pueden resultar de gran utilidad para controlar al anciano diabético.
- Es necesario que los mayores
diabéticos se sometan a una revisión anual. En los ancianos frágiles o
muy dependientes, los controles deben ser frecuentes para asegurarse que
los tratamientos son los apropiados y no presentan reacciones adversas.
- La dieta debe ser controlada (sobre
todo es necesario reducir las grasas), al igual que el resto de fármacos
que tomen (polimedicación).
- Se debe vigilar el aumento de peso, la
tensión, la microalbuminuria (signo precoz de nefropatía), los pies y
la glucosa periódicamente.
- Los test urinarios de glucosa son
menos fiables, ya que en este grupo de pacientes el umbral renal
glucémico se encuentra alterado.
- See more at:
http://geriatricarea.com/la-mitad-de-las-personas-mayores-de-70-anos-que-sufre-diabetes-no-lo-sabe/#sthash.p3CazKL2.dpuf