Cuando la diabetes es diagnosticada en una persona menor a los 45 años de edad, es muy conveniente que se realice un estudio genético para identificar si se trata de la variante denominada MODY (del inglés maturity-onset diabetes of the young o diabetes juvenil de comienzo tardío), pues de ello dependerá el tratamiento a seguir.
La comunidad científica
ha identificado 11 genes que originan la diabetes MODY, y el tercero de
ellos es una variante específica para la población mexicana, reconocido
como “factor nuclear hepático 1 Alfa”, el cual regula el crecimiento de
las células que producen insulina en el páncreas.
“La prevalencia en
México no se conoce, y son pocos los países que tienen registros de su
presencia, pues para identificar este tipo de diabetes se tiene que
hacer un estudio de toda la familia. Los genes que conducen a la
variante MODY son más frecuentes en poblaciones con ancestros amerindios
que en otras regiones, así lo muestra una secuenciación en dos mil
personas con diabetes, de las cuales el dos por ciento de ellas tenían
esta variante”.
Así lo detalla el
doctor Carlos A. Aguilar Salinas, investigador del Instituto Nacional de
Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, quien reitera en la
importancia de hacer el diagnóstico de forma oportuna.
La diabetes MODY se
hereda de manera autosómica dominante, es decir, en cada generación va a
encontrar cerca de la mitad de las personas afectadas, con la
característica de que generalmente no son obesas y requieren pronto el
uso de insulina, debido a que el defecto se encuentra en la capacidad
del páncreas de la producción de esta hormona.
Lo más común es que se
presente hacia los 45 años, aunque algunos autores proponen edades
menores. Es por ello que aunque no se tengan síntomas que puedan sugerir
la presencia de diabetes, es muy importante realizar exámenes que
descarten o confirmen la enfermedad, aunque se tengan menos de 45 años.
Las sub-clasificaciones
1 y 3 de diabetes MODY, relativamente las más comunes, se caracterizan
por ser más agresivas, pues más casos de daños a nivel renal y en las
retinas se asocian a éstas, por lo que el tratamiento indica
medicamentos llamados sulfonilureas (antidiabéticos orales).
Por su parte, en la del
tipo 2 los pacientes se autocontrolan o requieren hipoglucemiantes a
dosis bajas, lo que mantiene muy buen control de la enfermedad, mientras
que el subtipo 5 suele requerir de metformina o insulina y no responde a
sulfonilureas.
El doctor Aguilar
Salinas agrega que algunos centros de atención médica cuentan con la
capacidad para buscar las mutaciones causales de la enfermedad, y de ser
diagnosticado se debe proceder a buscarla mediante estudios genéticos
en la familia.
Lo conducente será
establecer cambios en los hábitos comunes para no subir de peso, por
ejemplo, para que la expresión del padecimiento se retrase tanto como
sea posible, además de que los tratamientos se implementen de manera
oportuna. Reitera que MODY es la única variante de diabetes en la que
los estudios genéticos tienen una aplicación clínica.
“Hay que educar a los
prestadores de servicios médicos para identificar esta variante de
manera más temprana. El mensaje es sencillo, todas las personas que
tiene una aparición temprana de la diabetes MODY, antes de los 45,
tienen que ser invitados a evaluarse”, concluye el especialista.
Fuente: jornada.unam.mx
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