La
diabetes es una patología en aumento, especialmente por la obesidad, el
sedentarismo, el consumo de azúcares simples y el envejecimiento de la
población. Se caracteriza por un déficit absoluto o relativo de
secreción de insulina sintetizada por las células beta de los islotes de
Langerhans del páncreas en forma de un precursor, la proinsulina, que
al ser liberada en la sangre se descompone en insulina y péptido C.
Existen dos tipos de diabetes: tipo uno (o insulinodependiente) y tipo dos. Los síntomas típicos en ambos son:
-Poliuria (necesidad frecuente de orinar)
-Poligafia (mucha hambre)
-Polidipsia (necesidad de beber mucha agua)
-Pérdida de peso (en la diabetes tipo 1)
En los dos tipos la alimentación es
esencial, ya que los hidratos de carbono son los que afectan al nivel de
glucosa en la sangre. Por ello, los objetivos que deben perseguir las
personas diabéticas en su dieta son: Conseguir un buen estado de
nutrición, objetivo primordial de cualquier dieta terapéutica;
contribuir al control óptimo de la glucemia, minimizando el riesgo de
hipoglucemia; conseguir un perfil lipídico adecuado con el fin de no
aumentar más el riego de patología cardiovascular; que el IMC esté entre
20-25.
La pérdida de peso tiene como
consecuencia una disminución de la resistencia periférica a la insulina,
aumentado en número y la calidad de los receptores insulínicos,
mejorando la tolerancia a la glucosa y normalizando la glucemia. Además,
una dieta adecuada ayudará a prevenir las complicaciones vasculares. En
términos generales, el diabético tiene que evitar alimentos de alto
índice glucémico que puedan producir picos en su glucemia, tales como
harinas refinadas, dulces, bollería industrial, y alimentos muy
calóricos como fritos, grasas saturadas, o ricos en colesterol.
Será muy importante además moderar los
hidratos de carbono. Aunque las proteínas y los lípidos contribuyen a
aportar calorías, solo los hidratos de carbono producen un efecto
directo sobre a glucemia. Los alimentos que deberá comer serán los de
bajo índice glucémico y los que ayuden a mantener la glucosa estable en
sangre, es decir, los alimentos integrales, ya que son ricos en fibra,
los frutos secos y muy importante, deberán comer cada tres horas para
conseguir el mismo objetivo, tener los niveles de glucosa constantes en
la sangre.
En general, los pacientes requieren una
unidad de insulina rápida por cada 15 gramos de hidratos de carbono en
una comida. Este método requiere mucha educación por parte del paciente y
tiene más éxito cuando se realiza bajo la guía de un nutricionista con
experiencia en pacientes diabéticos. Algunos remedios fitoterápicos,
nutricionales y ortomoleculares para ayudar a regular la glucemia:
-Los oligoelementos cromo, cobre, zinc, y manganesio
-Picolinato cromo
-Una cucharada de canela al día
-Infusiones de hojas de estevia
-Ajo, avena, alcachofa, semillas de chía y de lino
-Reishi, shitake y maitake
-Azafrán
-Fenogreco
-Cola de Caballo, ortiga y salvia
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La diabetes es una patología en aumento,
especialmente por la obesidad, el sedentarismo, el consumo de azúcares simples
y el envejecimiento de la población. Se caracteriza por un déficit absoluto o
relativo de secreción de insulina sintetizada por las células beta de los
islotes de Langerhans del páncreas en forma de un precursor, la proinsulina,
que al ser liberada en la sangre se descompone en insulina y péptido C.
Existen dos tipos de diabetes: tipo uno (o insulinodependiente)
y tipo dos. Los síntomas típicos en ambos son:
-Poliuria (necesidad frecuente de orinar)
-Poligafia (mucha hambre)
-Polidipsia (necesidad de beber mucha agua)
-Pérdida de peso (en la diabetes tipo 1)
En los dos tipos la alimentación es esencial, ya
que los hidratos de carbono son los que afectan al nivel de glucosa en la
sangre. Por ello, los objetivos que deben perseguir las personas diabéticas en
su dieta son: Conseguir un buen estado de nutrición, objetivo primordial de
cualquier dieta terapéutica; contribuir al control óptimo de la glucemia,
minimizando el riesgo de hipoglucemia; conseguir un perfil lipídico adecuado
con el fin de no aumentar más el riego de patología cardiovascular; que el IMC
esté entre 20-25.
La pérdida de peso tiene como consecuencia una
disminución de la resistencia periférica a la insulina, aumentado en número y
la calidad de los receptores insulínicos, mejorando la tolerancia a la glucosa
y normalizando la glucemia. Además, una dieta adecuada ayudará a prevenir las
complicaciones vasculares. En términos generales, el diabético tiene que evitar
alimentos de alto índice glucémico que puedan producir picos en su glucemia,
tales como harinas refinadas, dulces, bollería industrial, y alimentos muy
calóricos como fritos, grasas saturadas, o ricos en colesterol.
Será muy importante además moderar los hidratos de
carbono. Aunque las proteínas y los lípidos contribuyen a aportar calorías,
solo los hidratos de carbono producen un efecto directo sobre a glucemia. Los alimentos
que deberá comer serán los de bajo índice glucémico y los que ayuden a mantener
la glucosa estable en sangre, es decir, los alimentos integrales, ya que son
ricos en fibra, los frutos secos y muy importante, deberán comer cada tres
horas para conseguir el mismo objetivo, tener los niveles de glucosa constantes
en la sangre.
En general, los pacientes requieren una unidad de
insulina rápida por cada 15 gramos de hidratos de carbono en una comida. Este
método requiere mucha educación por parte del paciente y tiene más éxito cuando
se realiza bajo la guía de un nutricionista con experiencia en pacientes
diabéticos. Algunos remedios fitoterápicos, nutricionales y ortomoleculares
para ayudar a regular la glucemia:
-Los oligoelementos cromo, cobre, zinc, y
manganesio
-Picolinato cromo
-Una cucharada de canela al día
-Infusiones de hojas de estevia
-Ajo, avena, alcachofa, semillas de chía y de lino
-Reishi, shitake y maitake
-Azafrán
-Fenogreco
-Cola de Caballo, ortiga y salvia
Fuente: primicia.com.ve/salud
La
diabetes es una patología en aumento, especialmente por la obesidad, el
sedentarismo, el consumo de azúcares simples y el envejecimiento de la
población. Se caracteriza por un déficit absoluto o relativo de
secreción de insulina sintetizada por las células beta de los islotes de
Langerhans del páncreas en forma de un precursor, la proinsulina, que
al ser liberada en la sangre se descompone en insulina y péptido C.
La
diabetes es una patología en aumento, especialmente por la obesidad, el
sedentarismo, el consumo de azúcares simples y el envejecimiento de la
población. Se caracteriza por un déficit absoluto o relativo de
secreción de insulina sintetizada por las células beta de los islotes de
Langerhans del páncreas en forma de un precursor, la proinsulina, que
al ser liberada en la sangre se descompone en insulina y péptido C.
Existen dos tipos de diabetes: tipo uno (o insulinodependiente) y tipo dos. Los síntomas típicos en ambos son:
-Poliuria (necesidad frecuente de orinar)
-Poligafia (mucha hambre)
-Polidipsia (necesidad de beber mucha agua)
-Pérdida de peso (en la diabetes tipo 1)
En los dos tipos la alimentación es
esencial, ya que los hidratos de carbono son los que afectan al nivel de
glucosa en la sangre. Por ello, los objetivos que deben perseguir las
personas diabéticas en su dieta son: Conseguir un buen estado de
nutrición, objetivo primordial de cualquier dieta terapéutica;
contribuir al control óptimo de la glucemia, minimizando el riesgo de
hipoglucemia; conseguir un perfil lipídico adecuado con el fin de no
aumentar más el riego de patología cardiovascular; que el IMC esté entre
20-25.
La pérdida de peso tiene como
consecuencia una disminución de la resistencia periférica a la insulina,
aumentado en número y la calidad de los receptores insulínicos,
mejorando la tolerancia a la glucosa y normalizando la glucemia. Además,
una dieta adecuada ayudará a prevenir las complicaciones vasculares. En
términos generales, el diabético tiene que evitar alimentos de alto
índice glucémico que puedan producir picos en su glucemia, tales como
harinas refinadas, dulces, bollería industrial, y alimentos muy
calóricos como fritos, grasas saturadas, o ricos en colesterol.
Será muy importante además moderar los
hidratos de carbono. Aunque las proteínas y los lípidos contribuyen a
aportar calorías, solo los hidratos de carbono producen un efecto
directo sobre a glucemia. Los alimentos que deberá comer serán los de
bajo índice glucémico y los que ayuden a mantener la glucosa estable en
sangre, es decir, los alimentos integrales, ya que son ricos en fibra,
los frutos secos y muy importante, deberán comer cada tres horas para
conseguir el mismo objetivo, tener los niveles de glucosa constantes en
la sangre.
En general, los pacientes requieren una
unidad de insulina rápida por cada 15 gramos de hidratos de carbono en
una comida. Este método requiere mucha educación por parte del paciente y
tiene más éxito cuando se realiza bajo la guía de un nutricionista con
experiencia en pacientes diabéticos. Algunos remedios fitoterápicos,
nutricionales y ortomoleculares para ayudar a regular la glucemia:
-Los oligoelementos cromo, cobre, zinc, y manganesio
-Picolinato cromo
-Una cucharada de canela al día
-Infusiones de hojas de estevia
-Ajo, avena, alcachofa, semillas de chía y de lino
-Reishi, shitake y maitake
-Azafrán
-Fenogreco
-Cola de Caballo, ortiga y salvia
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