La OMS ha decidido dedicar este año el
Día Mundial de la Salud (7 de abril) a la diabetes. ¿Por qué hace falta
una mayor toma de conciencia sobre esta enfermedad?
Por la elevada prevalencia de este trastorno que,
además, no deja de crecer. Como quiera que existen medidas preventivas
para evitar su aparición, es preciso concienciar a la población de este
auténtico problema de salud. Así pues, ya se pueden instaurar medidas
preventivas desde la edad pediátrica. Por otra parte conviene educar a
la población sobre las personas de riesgo y la sintomatología de
sospecha para realizar un diagnóstico precoz.
¿En qué consiste la diabetes infantil?
La diabetes infantil o diabetes mellitus tipo 1
es una enfermedad sistémica crónica de carácter autoinmune que se
caracteriza por una destrucción progresiva de las células pancreáticas
encargadas de segregar insulina. Esto conduce a una elevación de la
glucosa sanguínea.
Como consecuencia de este incremento, se elimina
por orina y produce un aumento de la diuresis, lo que se conoce como
poliuria. Tras esta pérdida de orina, el organismo responde
incrementando la ingesta de líquidos (polidipsia). Por otra parte, como
no puede introducirse glucosa dentro de las células, aparece incremento
del apetito (polifagia) a pesar de lo cual pierden peso. Esta forma de
diabetes corresponde a más del 95% de casos en la edad pediátrica. Con
mucha menor frecuencia, menos del 5% de casos en nuestro medio, podemos
encontrar la diabetes tipo 2, relacionada con obesidad y resistencia a
la acción de la insulina. Finalmente, también debemos indicar que existe
un grupo heterogéneo de forma de diabetes monogénicas que tienen un
patrón de herencia conocido pero que suponen menos del 3% de casos en
total.
¿Existen factores genéticos que influyan
en su aparición? ¿Qué factores pueden provocar la aparición de esta
enfermedad en los más pequeños? ¿Hay un perfil más o menos definido del
niño con diabetes?
En la diabetes mellitus tipo existe una
predisposición genética para su desarrollo que es condición necesaria,
pero no suficiente, ya que influyen otros factores medioambientales
para su aparición como podrían ser infecciones virales, dieta y
localización geográfica. Puede aparecer a cualquier edad pediátrica con
un pico de incidencia alrededor de los 6 años y entre los 10 y 14 años,
diagnosticándose antes de los 10 años de vida en aproximadamente el 45%
de los pacientes con diabetes tipo 1.
Los malos hábitos dietéticos y el sedentarismo
favorecen la obesidad infanto-juvenil. Esta obesidad a largo plazo puede
favorecer la aparición de diabetes tipo 2 en adolescentes.
¿Cuál es el tratamiento para la diabetes infantil?
En el caso de la diabetes mellitus tipo 1 el
tratamiento consiste en administrar la insulina que el páncreas ha
dejado de fabricar. La única manera efectiva que existe hoy día es
mediante una inyección en el tejido celular subcutáneo. Es necesario
administrar insulina antes de cada comida y una o dos dosis de insulina
lenta a lo largo del día para cubrir las necesidades basales. Además, es
preciso controlar rigurosamente la ingesta de hidratos de carbono.
En la diabetes tipo 2 hay que mantener hábitos de
vida saludables incluyendo ejercicio y control de ingesta de hidratos
de carbono. Por otra parte, los pacientes pueden precisar tratamiento
con metformina, el único antidiabético oral aprobado en la infancia,
¿La enfermedad es también crónica, como
en los adultos, o puede revertirse con un estilo de vida y un
tratamiento adecuados? ¿Cree que hace falta una mayor concienciación a
los padres sobre los riesgos del sedentarismo y la obesidad?
Se trata de una enfermedad crónica que, por el
momento, no tiene ningún tratamiento curativo. Dado que el páncreas ha
perdido la capacidad de segregar insulina es necesario administrar esta
molécula de forma exógena de por vida.
La obesidad y el sedentarismo en aumento
favorecen el desarrollo de una diabetes mellitus tipo 2 o del adulto,
dado que en los países en desarrollo los índices de obesidad infantil y
sedentarismo se han disparado, el riesgo de desarrollar una diabetes
tipo 2 se ha incrementado exponencialmente.
¿Habría que propiciar una mayor
regulación de la oferta de bollería industrial, golosinas, etcétera, en
colegios o lugares con presencia numerosa de menores?
Es imprescindible propiciar hábitos nutricionales
saludables y evitar el sedentarismo en la infancia para prevenir la
aparición de la diabetes tipo 2 en el futuro. Sin duda, cualquier acción
que disminuya el consumo de azúcares simples y favorezca el ejercicio,
es una medida con un impacto favorable para la salud de la población a
corto y largo plazo.
¿En qué medida reduce la esperanza de vida el hecho de sufrir diabetes durante la infancia?
Las complicaciones a largo plazo de la diabetes
dependen de múltiples factores: tiempo de evolución de la enfermedad,
dieta, control glucémico y estilo de vida. Las complicaciones a largo
plazo incluyen nefropatía, neuropatía, retinopatía y enfermedades
cardiovasculares. La esperanza de vida se va a reducir en mayor o menor
medida en función del número y la gravedad de las complicaciones
asociadas. Por ello, el objetivo del tratamiento de la diabetes
infantil es, mediante un adecuado control glucémico, ejercicio y hábitos
nutricionales saludables, prevenir la aparición de complicaciones a
largo plazo. Si conseguimos prevenir el desarrollo de estas
complicaciones, nuestros pacientes no verán menguada su esperanza de
vida frente a la población general.