El tratamiento médico que se aplica durante el
embarazo para controlar la diabetes gestacional no representa ningún
riesgo para el desarrollo del bebé, señaló el titular de Tococirugía del
Hospital de Ginecoobstetricia del Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS) en Jalisco, José Manuel Segura Zavala.
El medicamento a base de insulina, dijo, no entra a la placenta, por
lo que la madre que ya fue diagnosticada con diabetes gestacional no
debe temer posibles afectaciones a la salud de su hijo. Las mujeres con
sobrepeso u obesidad tienen hasta ocho veces más riesgo de desarrollar
complicaciones durante y después del embarazo, por lo que su seguimiento
es crucial.
“Cuando la paciente no se trata, debe saber que su bebé está recibiendo una cantidad excesiva de azúcar en el útero. Este mal funcionamiento del metabolismo provoca peso corporal elevado, de manera que el niño podría nacer pesando más de cuatro kilos”, advirtió respecto al mito del que el bebé gordito es más sano.
La cantidad de azúcar que los infantes recibieron durante la gestación repercute incluso después del nacimiento, porque estos tienen mayor tendencia a la obesidad “sabemos que los niños obesos tienen grandes probabilidades de ser jóvenes o adultos hipotensos, con problemas de colesterol en la sangre y con síndrome metabólico”, explicó el especialista.
Las consecuencias también son para la madre, quien al dar a luz a un bebé de gran tamaño puede sufrir un prolapso de genitales, es decir un desplazamiento interno e incluso externo en el que se “asoman” órganos por la vagina o el recto, además de desarrollar diabetes tipo II a mediano plazo, hipertensión e incluso mal funcionamiento de la tiroides.
Uno de los aspectos que más preocupan a los especialistas, informó Segura Zavala, es que la patología no tiene síntomas claros. La diabetes gestacional no se caracteriza, como en otros casos, por incontinencia urinaria, falta de apetito y/o sed excesiva, por lo que se recomienda realizar un examen diagnóstico, sobre todo si la madre dobla su peso corporal durante el primer trimestre de embarazo.
“La recomendación es visitar al médico y planear el embarazo, porque en conjunto madre y especialista pueden encontrar el mejor estado de salud posible para que la gestación tenga buen fin. En nuestra experiencia la consulta de planificación evita muchos problemas y permite a los padres dar la mejor bienvenida a su hijo”, concluyó.
Fuente: informador.mx
“Cuando la paciente no se trata, debe saber que su bebé está recibiendo una cantidad excesiva de azúcar en el útero. Este mal funcionamiento del metabolismo provoca peso corporal elevado, de manera que el niño podría nacer pesando más de cuatro kilos”, advirtió respecto al mito del que el bebé gordito es más sano.
La cantidad de azúcar que los infantes recibieron durante la gestación repercute incluso después del nacimiento, porque estos tienen mayor tendencia a la obesidad “sabemos que los niños obesos tienen grandes probabilidades de ser jóvenes o adultos hipotensos, con problemas de colesterol en la sangre y con síndrome metabólico”, explicó el especialista.
Las consecuencias también son para la madre, quien al dar a luz a un bebé de gran tamaño puede sufrir un prolapso de genitales, es decir un desplazamiento interno e incluso externo en el que se “asoman” órganos por la vagina o el recto, además de desarrollar diabetes tipo II a mediano plazo, hipertensión e incluso mal funcionamiento de la tiroides.
Uno de los aspectos que más preocupan a los especialistas, informó Segura Zavala, es que la patología no tiene síntomas claros. La diabetes gestacional no se caracteriza, como en otros casos, por incontinencia urinaria, falta de apetito y/o sed excesiva, por lo que se recomienda realizar un examen diagnóstico, sobre todo si la madre dobla su peso corporal durante el primer trimestre de embarazo.
“La recomendación es visitar al médico y planear el embarazo, porque en conjunto madre y especialista pueden encontrar el mejor estado de salud posible para que la gestación tenga buen fin. En nuestra experiencia la consulta de planificación evita muchos problemas y permite a los padres dar la mejor bienvenida a su hijo”, concluyó.
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