Según la Organización Mundial de la Salud, en el mundo hay más de 347 millones de personas con diabetes, de las cuales el 90 por ciento padecen diabetes tipo 2. Se calcula que en el año 2014 la prevalencia de la diabetes fue del nueve por ciento entre los adultos mayores de 18 años y que esta enfermedad será la séptima causa de mortalidad en 2030. Aunque la tecnología y los avances médicos en este campo han mejorado considerablemente el tratamiento de los pacientes con diabetes, se puede ver cómo los casos aumentan entre población cada vez más joven.
Uno de los avances médicos más importantes en el tratamiento de la diabetes tipo 2 es la creación de nuevas moléculas y dispositivos de administración (jeringas desechables), que cada vez son más fáciles de administrar y cuyas dosis pueden espaciarse más en el tiempo. Esteban Jódar, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Quirón, en Madrid, afirma al respecto que la principal diferencia entre la nueva generación de moléculas y las anteriores es que “la dulaglutida tiene una serie de modificaciones, como una mayor duración de su efecto, por lo que sólo se debe utilizar una vez por semana, además de tener una reducción de la potencial inmunogenicidad, lo que hace que el organismo no produzca anticuerpos”. Además, según Jódar, “anteriormente los pacientes debían reconstituir el fármaco, es decir, juntar la parte líquida y la sólida de la medicación antes de inyectárselo, algo que no pasa con la diaglutida”.
Además de la nueva composición de los fármacos, uno de los nuevos avances de los medicamentos para la diabetes tipo 2 es el formato. En la actualidad, con la diaglutida los pacientes no ven la aguja, algo que Jódar define como “muy positivo, tanto para el paciente como para el médico” ya que, según explica, “cuanto más dependa del paciente la administración del fármaco, mayor es el riesgo de error, además de la desventaja que tenían aquellos pacientes con fobia a las agujas”. El experto afirma que esta nueva generación de fármacos hace que “simplemente haya que sacar la jeringa de la caja, quitar un protector de manera muy sencilla (lo que lo convierte en idóneo para personas con problemas de movilidad articular en la mano), desbloquearlo y administrarlo. Esto permite que el especialista tenga garantías de que la inmensa mayoría de los pacientes van a utilizar el dispositivo de forma correcta, problema que no es precisamente pequeño en el tratamiento de la diabetes”.
Cómo prevenir la diabetes
En los últimos años, destaca Jódar, la diabetes se ha empezado a extender cada vez más entre la población joven, algo que el especialista achaca a la modificación de los hábitos de vida, “que cada vez son menos saludables”. El experto afirma que las nuevas generaciones “son mucho más sedentarias, es decir, casi no practican ejercicio físico, y comen peor, ingiriendo alimentos que elevan el riesgo de sufrir diabetes, como los azúcares simples y las grasas saturadas”. Según Jódar, “este estilo de vida provoca cada vez más casos de obesidad y acumulación de grasa abdominal, un factor de riesgo muy importante para la diabetes, por lo que estas generaciones están presentando estos problemas alrededor de los 40 años y, en algunos casos, antes”.Prevenir la diabetes tipo 2, asegura Jódar, pasa por modificar los hábitos y adoptar un estilo de vida saludable que debe incluir:
- Ejercicio físico: El experto recomienda hacer ejercicio al menos 150 minutos semanales
divididos de forma regular (30-40 minutos de ejercicio la mayoría de
los días, aunque no todos), de manera que no se esté más de dos días sin
practicar deporte. Además, Jódar recomienda practicar preferentemente,
aunque no de forma exclusiva, ejercicio aeróbico.
- Buena alimentación: El especialista destaca la importancia de seguir una dieta adecuada en calorías, para evitar la ganancia progresiva de peso que pueda conducir a la obesidad. Sin embargo, Jódar advierte del riesgo de reducir las calorías en exceso y afirma que “los expertos ya no recomendamos las dietas que impliquen una reducción drástica de calorías, porque son un disparate y tienen mucho riesgo de efecto rebote; sino que más bien hablamos de modificación de hábitos, de hacer mejores elecciones y preparar los alimentos de forma adecuada”. El especialista recomienda incluir en la dieta verduras de hoja ancha, ensaladas, hortalizas y tomar carbohidratos complejos (presentes en el pan integral, la pasta y el arroz) en lugar de simples.
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