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viernes, 10 de julio de 2015

Identifican genes del pepino que podrían servir en la investigación contra el cáncer y la diabetes


  

La medicina tradicional china y la genómica de alta tecnología tienen algo que ver. Investigadores han identificado los genes responsables del intenso sabor amargo de los pepinos silvestres. La domesticación del pepino y especies relacionanadas como la calabaza las han convertido en alimentos muy populares que tienen una gran ventaja añadida. Esos mismos compuestos tienen potencial para tratar el cáncer y la diabetes.

Los pepinos silvestres no son comestibles, de hacerlo tendrían un importante efecto purgante, según el profesor William Lucas, profesor de biología vegetal en la Universidad de California y coautor de este estudio publicado en Science.

El sabor amargo de los pepinos se debe a las cucurbitacinas

El sabor amargo en cucurbitáceas silvestres (la familia que incluye el pepino, calabaza, melón, sandía y calabacín) se debe a las cucurbitacinas. Este sabor amargo sirve de defensa de estas plantas contra los depredadores.
El fruto y las hojas de las cucurbitáceas silvestres han sido usas en la medicina india y china durante miles de años como eméticos y purgantes y para tratar las enfermedades del hígado. Más recientemente, investigadores han visto que las cucurbitacinas pueden matar o suprimir el crecimiento de las células cancerosas.
El sabor amargo de los pepinos, calabazas y demás cucurbitáceas silvestres está controlado por dos rasgos genéticos “Bi” que confiere el amargor a toda la planta y Bt que lo proporciona al fruto. Este nuevo trabajo, Lucas, Sanwen Huang y la Academia China para las Ciencias Agrícolas emplearon las últimas técnicas en secuenciaciónd e ADN para identificar los cambios genéticos exactos asociados con el sabor amargo.
También probaron una gran cantidad de pepinos, “por suerte es un ensayo fácil de hacer”, dijo Lucas “Es suficiente con pasar la lengua por la hoja o el fruto y la lengua lo identifica enseguida”.
Identificaron hasta 9 genes involucrados en la síntesis de cucurbitacinas y mostraron que esta cualidad podía se trazada en base a dos factores de la transcripción y activar estos nueve genes, ya sea en las hojas en la fruta para producir cucurbitacinas.
La nueva investigación muestra cómo la domesticación convirtió el pepino en un alimento más comestible. Comprender este proceso, podría abrir y facilitar aproximaciones para desarrollar otros cultivos basados en plantas no comestibles o pobres en nutrición, dijo Lucas.
Podría permitir producir cucurbitacinas en una cantidad suficiente para usarlo en ensayos químicos y potencialmente en medicina, dijo Lucas. Por ejemplo, la droga anti-malaria artemisinina originariamente derivada de la medicina tradicional china, ahora se está produciendo como una molécula precursora en levaduras a través de sistemas de síntesis biológica.


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