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viernes, 12 de agosto de 2016

Científicos mexicanos crean jalea a base de cáscara de granada para tratar diabetes


 


A fin de innovar en tratamientos naturales de fácil acceso a la población mexicana para combatir diabetes, científicos de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC) desarrollaron una jalea a base de cáscara de granada que cumple como alimento funcional al disminuir los niveles de glucemia, es decir, el exceso de azúcar en sangre.

La cáscara de granada mexicana es abundante en polifenoles del tipo elagitatinos que son compuestos bioactivos con capacidad antioxidante y generadores de ácido elágico, sustancia activa de la jalea que también tiene propiedades antitumorales, antibacterianas, antiparasitarias, antiinflamatorias, entre otras.
A diferencia de la granada de la India en la que sus hojas son utilizadas como tratamiento de pacientes con diabetes mellitus en la medicina tradicional, la cáscara del fruto mexicano contiene mayor concentración de ácido elágico, por lo tanto al momento de procesarla se obtuvo un producto mas concentrado, hecho que permitió reducir casi diez veces la dosis efectiva.
La doctora en biología experimental de la UAdeC, Janeth Ventura, indicó que para elaborar la jalea primeramente se realizó una extracción sencilla de los compuestos de la cáscara de granada a través de un método tradicional denominado decocción acuosa semicontinua que consiste en hervir en agua la corteza del fruto para extraer los elagitaninos.
A partir de ello se obtuvo un concentrado que después de un proceso de deshidratación se analizó para saber que compuestos capaces de ayudar al tratamiento de diabetes contenía, evidenciado así la presencia de ácido elágico.
Una vez analizado el extracto, para realizar la jalea se buscó sustituir la pectina y el azúcar de mesa, ya que la combinación de estas sustancias otorga la consistencia y sabor dulce típico de estos alimentos. Para lo cual en esta investigación se utilizaron otros polisacáridos de origen vegetal que no requieren azúcar para generar la viscosidad adecuada.
Como primer resultado de la combinación se obtuvo un producto amargo, y por ello en la búsqueda de alguna sustancia edulcorante que no dañara la salud de personas con altos niveles de azúcar se utilizó sucralosa, que es un endulzante no calórico de uso común entre personas con diabetes.
Para comprobar su aceptabilidad de sabor se hizo un análisis sensorial con estudiantes de la universidad quienes finalmente seleccionaron la formulación con el mayor nivel de agrado. También se hicieron los análisis de calidad alimentaria que incluyen la información nutrimental y las especificaciones microbiológicas.
Posteriormente se realizó un análisis biológico in vitro para comprobar que el ácido elágico se encontrará en la jalea y mantuviera su actividad antioxidante, ya que al mezclarse con el resto los componentes del alimento existía el riesgo de perder el efecto de la sustancia activa.
Al comprobar que el ácido se mantenía en la mezcla se experimentó con ratones diabéticos y no diabéticos para probar sus efectos en la salud.
Fue a partir de ello que se detectó que en los roedores en ayuno hubo reducción de glucemia, disminución en el estrés oxidativo, así como un mejoramiento en la curva de tolerancia a la glucosa y los niveles de insulinemia, en otras palabras, los niveles de glucosa y de insulina en la sangre mejoraron después de dos semanas de consumir el alimento funcional.
La investigadora de alimentos en el área de laboratorios de análisis sensorial en la UAdeC, enfatizó que en esa institución se busca la revalorización de materias poco aprovechadas, es decir, no se utiliza la fruta si no el desperdicio de ella como las cáscaras y semillas para extraer bioactivos o nutracéuticos, sustancias químicas que se encuentran en pequeñas cantidades en las plantas y ciertos alimentos como frutas, verduras, nueces, aceites y granos integrales y promueven buena salud en el cuerpo.
La doctora Janeth Ventura indicó que el siguiente paso es realizar los trámites para la investigación clínica que consiste en hacer estudios de la jalea en personas para determinar sus efectos. También se busca comenzar a experimentar con nuevas alternativas de edulcorantes no calóricos como stevia.
Por otro lado, se pretenden desarrollar sistemas de liberación prolongada para asegurar que los bioactivos no pierdan su función durante el proceso digestión.
La especialista subrayó que la jalea no cuenta con patente y que su proceso de elaboración es de conocimiento público.
La investigación duró aproximadamente tres años y medio y se hizo en conjunto con el doctor Francisco Javier Alarcón Aguilar perteneciente al Departamento Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Iztapalapa.
A decir de la doctora, la jalea es un alimento funcional ya que se comprobó que este producto otorga un efecto benéfico a la salud, ayuda a prevenir o tratar enfermedades, mejorando el estado de salud de quien la consume

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