Me han pedido que ayude a difundir a un gato, un hermoso maine coon que tiene diabetes. Merece la pena hablar aquí de esta enfermedad que es relativamente frecuente. En Consumer Eroski lo explican muy bien. Os dejo aquí un fragmento que resume las claves de lo que supone para un gato tener diabetes y cómo detectarla. Es la parte final de una entrada más extensa de Eva San Martín (autora también de En el nombre del gato) y que os recomiendo si os interesa el tema:
Diabetes en el gato: ocho claves
1. La diabetes del gato es una grave enfermedad que puede acortar la vida del felino. Esta dolencia no tiene cura pero sí puede controlarse con ayuda del apropiado tratamiento veterinario.
2. La diabetes en el gato la diagnostica el veterinario con ayuda de un análisis que permite detectar una presencia anormal (por excesiva) de glucosa en la sangre del felino.
3. Un gato con diabetes se mostrará inapetente, debilitado y sufre pérdida de peso; pero también orina y bebe agua con mayor frecuencia. Otras señales que advierten de la enfermedad son la diarrea del gato, vómitos, así como un aspecto poco saludable del pelo felino.
4. Los gatos con diabetes necesitan tratamiento o seguimiento veterinario; de lo contrario, su vida podría acortarse como consecuencia de la enfermedad. Más de la mitad de los felinos con diabetes precisan inyecciones periódicas de insulina para mantener controlada la dolencia, según un estudio realizado por la Universidad de Cornell (EE.UU.).
En otras ocasiones el tratamiento puede reducirse a una medicación oral que permite controlar la cantidad de glucosa en la sangre del gato.
5. Controlar la comida del gato ayuda a reconocer la diabetes. La alimentación del felino debe ser ofrecida siempre a las mismas horas y en las mismas cantidades. De este modo, será más sencillo reconocer si el animal padece diabetes (u otra dolencia) en casa. Los gatos con esta enfermedad pierden el apetito.
6. Vigilar el consumo de agua del gato en casa. Un animal con diabetes incrementa su ingesta de agua: es la forma que tiene su cuerpo de eliminar el exceso de glucosa en sangre. Por ello, es importante controlar su consumo a lo largo de algunas semanas.
7. El arenero del gato también ofrece claves para reconocer a un felino que sufre diabetes, puesto que las evacuaciones de orina crecerán de forma significativa. Cuando hay más gatos en casa, puede ser más complicado valorar este incremento, pero aun así, el aumento suele ser muy llamativo.
8. Cuando la diabetes es consecuencia de la obesidad del gato es posible que el animal pierda la dependencia a la insulina tras meses o años de tratamiento. Esto será más sencillo, cuando el peludo compañero elimine el exceso de peso que le perjudica, una meta que será más sencilla si cuenta con el plan de adelgazamiento felino apropiado: dieta, ejercicio y muchos juegos con su amigo de dos piernas.
Tesla es el gato del que os hablaba. Cumplirá ocho años en octubre y pesa nueve kilos. Es de una raza muy grande. Hasta ahora ha convivido con otros dos gatos y dos humanos. Es muy sociable, cariñoso y juguetón.
Es diabético insulino dependiente desde hace tres años. Hay que pincharle cada 12 horas. También es alérgico y tiene que tomar una pastilla al día para controlar sus picores.
fuente: blogs.20minutos.es
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