Si tienes diabetes, mantener los niveles de glucosa en un nivel apropiado puede ser más fácil si visitas a tu médico más seguido. Esto de acuerdo a un estudio desarrollado por unos investigadores del hospital Brigham and Women, de Boston, Estados Unidos, que fue publicado en la revista Archives of Internal Medicine.
Para determinar si las consultas médicas más frecuentes podrían ayudar a los pacientes con diabetes a controlar su condición en un periodo más corto, los investigadores analizaron los datos de casi 26.500 pacientes que visitaron a médicos de atención primaria en Boston, durante al menos dos años, entre enero de 2000 y enero de 2009.
De ese modo, detectaron que los pacientes que visitaron a un médico de atención primaria cada pocas semanas lograron un control más rápido de sus niveles de glucemia (azúcar en la sangre), presión arterial y colesterol, resultados muy satisfactorios ya que el control del nivel de la glucosa permite reducir las complicaciones relacionadas con la diabetes. Desafortunadamente, la mayoría de los pacientes diabéticos no logran mantener su nivel de glucosa en la sangre dentro de los límites que deberían.
Actualmente, las directrices de tratamiento de la diabetes no especifican la frecuencia de los controles de la condición, aunque la recomendación es que te hagas controles de dos a cuatro veces al año para revisar cómo ha estado tu nivel de azúcar en la sangre durante los últimos meses, incluyendo la hemoglobina A1C (que permite saber el control de tu diabetes en los dos meses previos), cómo está tu peso (si necesitas bajar o no) y cómo está tu nivel de presión arterial (que debe ser menos de 130/80).
Durante estas visitas, el médico también repasará contigo los valores de la prueba diaria del azúcar en la sangre que acostumbras hacer (conviene que mantengas un registro para este mismo propósito), examinará tus pies para descartar que tengas pequeñas lesiones o infecciones y hablará contigo sobre tu dieta y el plan de ejercicios que practicas.
Además, mínimo una vez al año tu médico te hará un control más amplio que además de medir el azúcar en la sangre, el peso y la presión arterial evalúe también el colesterol total (que debe ser menos de 200), el LDL o “colesterol malo” (que debe ser menos de 100 o de 70 si tienes problemas del corazón), el HDL o “colesterol bueno” (que debe ser 40 o más) y el nivel de triglicéridos (que debe ser menos de 150).
Una vez por año, al menos, el médico también te hará la prueba de la microalbuminuria (presencia de proteína en la orina) para descartar inicio de daño en los riñones, te pedirá los resultados del examen de la vista hecho por un oftalmólogo (el médico especializado en los ojos) para descartar inicio de daño en la retina y te indicará si necesitas alguna vacuna, como la de la gripe o influenza, así como cualquier otra estrategia para que te mantengas saludable y con tu diabetes controlada.
El porqué es importante que mantengas tus niveles de azúcar en la sangre a raya es algo que seguramente ya sepas pero que nunca está de más recordar. La diabetes es una enfermedad que puede ser silenciosa, es decir que muchas veces puede no dar síntomas y que tú te sientes bien.
Sin embargo, poco a poco va dañando tu cuerpo y tu salud y, a largo plazo, puede provocar varios problemas. Por ejemplo, cardiovasculares (ataques cardíacos, enfermedad vascular periférica, ataques cerebro vasculares), con la vista (retinopatía diabética llegando a la ceguera) con el riñón (nefropatía diabética: falla renal y diálisis), con los nervios (neuropatía diabética), en fin, puede afectar varios sistemas del cuerpo.
Además de ir a las visitas médicas de rutina, lo más importante es el control diario que tú mismo debes hacer en tu casa, en el trabajo y vayas a donde vayas, que no sólo consiste en chequearse el azúcar en la sangre varias veces al día, según te haya indicado tu médico, sino también en:
- Mantenerse físicamente activo y practicar un plan de ejercicio todos los días, aunque sea 30 minutos a diario.
- Llevar una dieta apropiada: comer más frutas, vegetales y granos enteros y menos grasas y azúcar refinada. Y nunca saltarse comidas.
- Mantener un peso saludable.
- Tomar los medicamentos tal y como te los hayan recetado. Algunas personas necesitan tomar píldoras, inyectarse insulina o ambas.
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