Cuando estás enfermo, la diabetes es más difícil de controlar. El azúcar en la sangre, junto con la sudoración, vómitos o diarrea, pueden conducir a la pérdida en exceso de líquido y conducir a la deshidratación.
Tu cuerpo también está bajo estrés, lo que libera hormonas que te ayudan a combatir la enfermedad. Sin embargo, estas hormonas elevan los niveles de azúcar en la sangre, lo que puede interferir con tu tratamiento para la diabetes.Presta especial atención a las siguientes recomendaciones en caso de que te enfermes:
- No dejes de tomar tus pastillas o insulina a menos que así te lo indique el médico
- Continúa con tu plan de alimentación habitual en la medida de lo posible
- Continúa bebiendo líquidos sin azúcar para evitar la deshidratación
- Realízate una prueba de azúcar en la sangre con frecuencia. Esto debería ser cada dos o cuatro horas si el nivel de glucosa en la sangre es alta
- Si tu nivel de glucosa en la sangre es superior a 240 mg/dl, realízate una prueba de cetonas, especialmente si tienes diabetes tipo 1
- Llama a tu doctor o enfermera si tu nivel de glucosa en la sangre se mantiene alta, no puedes retener alimentos, líquidos o medicamentos, presentas cetonas o si tienes una fiebre alta por más de 24 horas
- Descansa lo más posible
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